viernes, 19 de febrero de 2010

PIN, PAN, PUM.

Viñeta de Kalvellido
Uno hace cuentas, repasa la historia y comprueba que su crisis nunca empezó si no que pasó de mano en mano, de generación en generación. Siempre con inestabilidad, siempre con precariedad, siempre con un poco de acoso, un poco de miedo, un poco de esto, un poco de aquello, siempre sufriendo.
Ahora van y dicen que estamos en crisis, es decir, que a los que hemos vivido siempre así ahora nos toca tocar fondo, más al fondo, !carajo¡
•••
Esta mañana, como no alcanza pa comer, fui al banco. Me dijeron que no, que no me dan, que sin nómina, sin aval, con morosidad…. Les ofrecí mi piso, pa comer, siempre pa comer, pero me dijeron que no, que el mercado, la hipoteca. Que mi techo no les sirve de nà….
Me quedo con un piso que no puedo pagar, con unas deudas que se amontonan en el portal, me quedo con el desempleo criminal, me quedo con esto, y con aquello y con la lata de conservas del comedor popular y con las zapatillas usadas de la parroquia y me quedo con las rabia de vivir toda una vida apretao, castigao, explotao, y ahora, con 50 abriles me quedo con la mesa puesta pero las cucharas vacías.
Y me dicen que la crisis viene peor y mi mujer ya no tiene casas pa fregar, y me dicen que me calme, aquí, aquí mismo, en la puerta de este banco que me mira mal, me dicen que deje la escopeta en el suelo, que levante las manos, que no haga tonterías, que tengo hijos, y padres y una vida por delante, y yo les digo que se callen, que este banco me niega el pan y la sal, les digo que se callen, que se callen, que se callen ya.
Que voy a disparar.

miércoles, 17 de febrero de 2010

Terrorismo III



Nuevas generaciones de lobos
conquistan la tierra y la yerman.
A su paso, la muerte tiembla.
A su paso, las vidas amanecen sin huellas.

Nuevas generaciones de lobos,
lobos nacidos de tinieblas,
lobos afeminados,
lobos rudos como piedras,
lobos bàrbaros
lobos de mesa puesta.

Escuadrones de lobos preñados de violencia
que paren por los caminos terror a manos llenas.

Hay quien los alimenta,
quien deja en los portales para ellos
pan y carne fresca
pero yo sè que no son faunos
lo sè porque tiemblo si están cerca.
Yo sè que son lobos,
terribles lobos que acechan.
Yo sè que llevan colgando la muerte,
esa muerte que tanto apesta,
la que mata por matar,
la que mata con y sin guerras.
Yo sè que no son faunos.
Los faunos solo cantan.

lunes, 15 de febrero de 2010

Terrorismo II


En nombre de què dioses,
de què patrias
convierten las palabras en ojos llenos de làgrimas.

En nombre de què ideas
despedazan palabras
a golpe de espada y de guadaña.
En nombre de què nombres
bajan los pulgares
para que empiece la matanza.

No se llaman faunos,
los faunos van descalzos.
No se llaman faunos,
los faunos solo cantan,
pertenecen a otra estirpe
a la de aquellos que no merecen làstima.

No se llaman faunos,
no.
Son lobos,
oscuros lobos sin làmparas,
negros lobos sembradores de venganza.

domingo, 14 de febrero de 2010

Terrorismo I


No están todos los faunos dormidos,
acaso unos pocos, alertados,
disfrazan la noche de vigilia.
No están todos dormidos
ni están sus labios cansados
ni sus sueños dejan de ser deletreados.
No.
Cuando los lobos acechan
cuando aprieta el paso la manada
y una sed roja de siglos
seca los manantiales
rompen los faunos a cantar.

Porque no se pueden despedazar las canciones
como si fueran huesos frágiles.
No se puede evitar que las voces
sean pan y sean peces.
Un puñado de lobos no puede
dejar sin primavera a los cantores.

No todos los faunos están dormidos, no.
No todos parpadean lentamente
hasta quedar deshabitados.
Unos pocos continuan alerta
siempre que los lobos aullen cerca.

jueves, 11 de febrero de 2010

GUERRA III


Mis juegos no fueron de piedra, papel, tijera,
fueron de plomo, de escombros, de calavera.
Y todo el horror de un niño asustado
se derramaba sobre la sangre fresca.
No fue una infancia risueña,
de regalos, de rayuelas, de fiestas,
fue una niñez en tinieblas.
Sin saber por què,
sin saber quien
ni hasta cuando
una tarde mansa y quieta
cerraron la puerta a las primaveras
y nunca màs hubo soleadas tardes de siesta.
#
No es mi vejez de calma, de paseos, de recuerdos,
es de temblores, de gritos, de bombardeos,
y todo el horror de un anciano asustado
se derrama sobre la sangre fresca.
No es una vejez serena,
de descanso, de relatos, de experiencias,
es una vejez en tinieblas,
Sin saber por què,
sin saber quien
ni hasta cuando
una tarde mansa y quieta han cerrado la puerta a las primaveras.
Y nunca màs habrà soleadas tardes de siesta.
Y el insomnio será lo menos malo
de llegar a la vejez para vivir otra guerra.

miércoles, 10 de febrero de 2010

GUERRA II


Matar y callar era mi oficio.
Huir hacia adelante derribando hombres como bestias
Matar para vivir de nuevo otra pelea.
Pero ya mi corazón se convirtió en piedra,
mi sangre dejó de ser sabia nueva en la guerra.
Hoy todo amarillea.
Sucede que hoy soy un hombre
incapaz de ver las primaveras.

lunes, 8 de febrero de 2010

GUERRA I


¿Quién empieza primero?
¿quién desciende primero sin madre y con bandera?
quièn limpia de moho el filo de la espada
para romper otras arterias?

¿Quién señala al enemigo?
¿Quién se para en seco ante el dolor ajeno?
ante el dolor inmenso
ante el dolor entero?
¿Quién, quien?
¿quién inventa la furia
el desastre, la locura?
¿quién vacía al hombre de ternura
y lo atrinchera?
¿quièn convierte en carne cruda corazones?
¿Quién ordena arrancar todas las mañanas de la tierra?
¿quièn?¿quién?, ¿qué dioses, qué patrias, qué colores
deletrean el horror y lo ordeñan?

martes, 2 de febrero de 2010

CARCEL


I


Pago la deuda de mi pobreza
muriendo la muerte lenta de las prisiones.
Quemo la mirada en patios sin horizontes
y acomodo mi poca vida
a un calendario
y alguna visita.

Apenas descanso,
los sueños son la nausea.
Solo cuento los días
como si pudiera asì,
con los dedos,
apresurar su paso,
como si pudiera asì
abrir la puerta
cruzar la noche
y huir,
huir
huir,
huir gritando mi libertad a las estrellas.


II

Llevo el dolor a hombros
soy la madre de un preso.
Pago su pena con mi pena,
su condena es mi condena.
Llevo el dolor a hombros
y lo escondo para que no lo vea.
Aprieto los huesos
cuando de tarde en tarde
veo sus pestañas abrasadas de tanto llorar pa dentro.

Llevo el dolor a hombros,
mi hijo, es un hombre preso,
un ladròn, quizá,
quizá un asesino a sueldo,
pero es mi hijo
y su castigo
es mayor castigo en mi cuerpo.
Llevo el dolor a hombros y nadie parece verlo.



III


No aprendió a vivir fuera de las rejas.
Fue tirando del hombre hecho pedazos
y no pudo derramar su vida màs allà de los muros.
Los recuerdos le devolvían al principio,
al dìa que murió en parte o todo
al dìa que dejó crecer la pena
como crece el musgo entre las piedras.

No aprendió a vivir màs alla de las rejas,
siglos contando los días
a la sombra de los pàjaros
hicieron de èl un ser
extraño a su humanidad
extraño a la humanidad que tan pronto castiga
como bosteza.