viernes, 26 de marzo de 2010

Quiero ser progre

Viñeta de Kalvellido


Quiero ser progre.
Nunca más compraré ropa meidìn India, ni meidìn Pakistán, ni meidìn Perú.,
Nunca más veré la tele, sólo, claro está los noticiarios y la 2.
Leeré todo lo que han escrito Saramago y Savater.
Apoyaré las luchas del Sahara, de Palestina, la de los mapuche y los zapatistas.
Me informaré sobre los feminicidios de Juárez, el golpe de estado de honduras, sobre Evo Morales.
De ahora en adelante odiaré Venezuela y al primate que allí gobierna.
Me situaré a la izquierda, no muy a la izquierda, ahí, justo ahí.
Creo que con esto será suficiente para ser progre, para estar en la lista, para recaudar prebendas, puedo, para acelerar el proceso, añadir un toque algo más sofisticado, por ejemplo, podría donar un riñón, o comprar un par de niños extranjeros, hacerme una foto con el Dalai lama o si tercia, con Obama, podría cultivar marihuana, o dar la vuelta al mundo sobre un burro con la bandera de la paz en el culo.
En fin, con todo esto creo que me admitirían en el club de los progres. Ignoraré las evidencias que hay sobre la tortura, sobre la censura, sobre los presos políticos, sobre los muertos, las desapariciones y las guerras sucias. Me morderé la lengua si me vienen ideas rebeldes, si me asaltan insultos contra esa gente, si cuestiono a los oligarcas, si los “demócratas” me dan nauseas.
Yo solo quiero ser progre.
Es mi sueño cenar en la Zarzuela, ir de copas con Felipe, leer manifiestos contra Cuba, llamar terroristas a los que no me gustan.
Quiero ser progre, déjenme un sitio, será muy fácil mover mis hilos...

martes, 16 de marzo de 2010

Muertos y vivos



Muertos. Uno tras otro aparecen muertos. Muertos oscuros sobre arena, muertos anónimos en morgues extranjeras. Muertos en celdas. Muertos en fosas comunes. Muertos.
Millones de muertos.
Muertos de hambre, muertos de cadenas.
Muertos de guerras sucias, de invisibles trincheras.
Muertos sentados,
muertos esperando.
Muertos pagando deudas.
Muertos que no pesan.
Muertos insepultos.
Muertos a golpes.
Muertos de yugo, muertos sembrando la tierra.
Siglos de muertos.
Vivos acariciando los nombres de los muertos,
vivos recordando la memoria de los muertos,
vivos limpiando la sangre, los cuerpos de los muertos.
Vivos resistiendo armados con coraje.
Vivos negándose a callar.
Insistentemente vivos para cantar,
Insistentemente vivos para soñar.
Vivos,
insistentemente vivos en todas las esquinas, en todos los barrios, en todas las familias.
Bandadas de vivos,
puñados de vivos,
manadas de vivos.
Millones de vivos cruzando juntos la noche eterna del crimen
y la injusticia.

viernes, 12 de marzo de 2010

Estoy embarazada y no pienso abortar



Estoy embarazada y no pienso abortar.
Yo sé que no soy la primera mujer a la que le ocurre esto, que incluso ha habido gente que se ha embarazado mucho más tarde que yo.
También sé que hay quien se desembaraza y deja a su criatura muerta en los caminos o la tira a los ríos o la exhiben en los circos o la golpean o simplemente le dan un tiro en la espalda y dicen que ellos no han sido.
Yo sé todas estas cosas.
Todas las tengo presentes mientras crece y crece.
Y crece la luz y crecen las nauseas.
Pronto el dolor me atravesara de parte a parte. Podré, entonces, lamerle mí sangre, podré contarle los huesos para que ni uno solo le falte, pronto, muy pronto, le enseñaré el camino que lleva a mis pechos y dormirá sobre ellos, sueños sin hambre.
No tengo dudas, después de años gestándose, vendrá.
La misma que ha nacido ya en la selva y en las guerras.
La que crece en las trincheras y no es cómplice de barbaries.
La que derriba los muros y duerme su cansancio en las prisiones.
La que ayuna,
La que tiene el oído atento sobre la tierra.
La que es fruto y sementera.
La que no castiga la esperanza.
La que canta antes de morir,
La que no se arrodilla.
Vendrá. Sí.
Vendrá a mi vida la rebeldía.

lunes, 8 de marzo de 2010

8 de marzo, que lo celebren las funcionarias.

Viñeta de Kalvellido
Voy a contar mi historia.
Accedí al mundo laboral con 18 años más o menos
A partir de esa edad trabajé en todos los empleos. Claro, por poco tiempo. Claro, por poco salario. Claro, sin derechos sindicales.
Pero pagaban, algo es algo.
Encuestas telefónicas, encuestas puerta a puerta. Promociones en supermercados, vestida de holandesa, vestida de conejito, con la bandeja de queso en la manos, el turrón, la loncha de jamón… De camarera, en bares de copas, en bares de txikiteo, en hamburgueserías, en restaurantes. Limpiando casas, una o varias, cuidando niños, uno o varios, cuidando viejos y a los 28 años encontré ¡eureka! por primera vez, un empleo con contrato.
Todo un milagro.
Empecé, claro está, a media jornada, luego después de meses, cuando demostré que sabía limpiar callando, firmé indefinido, jornada completa.
8 años en una residencia de ancianos.
Nunca llegué a ser mileurista, jamás, ni con trienios ni con una huelga.
He vivido trabajando y de prestado, trabajando y con el agua al cuello, trabajando y trabajando y trabajando.
El 8 de marzo yo siempre estaba currando.
Por eso, el día de hoy lo paso esquivando felicitaciones, lo paso rumiando blasfemias, lo paso rapidito, encabronada, sin poder arrancarme de la memoria a tantas y tantas mujeres que en silencio hoy, esta misma mañana, fueron a sus trabajos precarios.
Y todos los 8 de marzo vienen a tocarme los ovarios, con su blà- blà –blà, y esto me recuerda a mi jefe supremo que todos los años, este día, nos enviaba, el muy cabròn, un ramo de rosas para todas.
Y hablan de mujeres que poco o nada tiene que ver conmigo, con nosotras. Hablan de funcionarias.
Que lo celebren ellas entonces, que lo celebren las funcionarias.

sábado, 6 de marzo de 2010

Mucha mala hierba

Imagen de Kalvellido

El mundo está partido en dos.
Siglos de infamia lo han ido separando.
Ellos y nosotros, los parias de la tierra.
Y van risueños con sus torpes propiedades.
Y van alegres con sus leyes moldeables.
Y van a rematar países, a expoliar, a masacrar. Con letra, con sangre, con amnesia.

Ocurre que nosotros, los de este lado, los que vivimos juntos, hambrientos, apretados, no vamos a mover la cola mientras secuestran nuestras dignidades.
Ocurre que nosotros, los de este lado, los que sufrimos el desempleo, la enfermedad, la pena, el hambre, los que acariciamos rostros sin infancias, los que vemos morir a cada rato, de plomo, de desidia, nosotros, esta mitad tan grande, tan inmensa, esta mitad que no bosteza, no vamos a ceder un solo palmo, no vamos a permitir más fosas comunes.
Nosotros, los de este lado, los que siempre estuvimos aquí, los que sentimos la sed, el cansancio, las tinieblas, nosotros, los deudores, aboliremos la pobreza para no ser nunca más esclavos.
Que no les quepa la menor duda.
Que se pongan a temblar, que esta inmensidad de hombres y de mujeres que vivimos de prestado en nuestra propia tierra decimos que el tiempo de los cálculos, de la rentabilidad, del fraude, de la codicia, ha terminado.
Es tiempo de arrancar la mala hierba.

martes, 2 de marzo de 2010

Ojalà yo estè equivocada



Ojalá esté equivocada.
Ojalá mi equivocación sea tan inmensa que mañana, al despertar, encuentre que nos miramos a la cara, que nos reconocemos en los dolores, en el saqueo, en el hambre.
Ojalá mañana tenga que pedir perdón por no saber distinguir lo verdadero de lo falso.
Ojalá alguien, quien sea, tú, por ejemplo, me escribas para decirme: Silvia, estás equivocada, yo sí veo las piedras y veo los brazos, y veo los ojos y los pies y las patadas y veo las rejas y a los muertos, y a los hijos sin luz y sin cucharas, y veo que otros ven como yo veo y juntos miramos para abarcarlo todo y sacar a la luz los horrores de tanta ceguera, de tanto extermino, de tanta metástasis extendiéndose por los pueblos.
Ojalá mañana vengas a decirme que estoy equivocada, que debo asomarme a la tierra para ver que los hombres y las mujeres no perdieron el habla.
Ojalá, si.
Ojalá me enseñes tus sueños de panes y de peces, tu camisa limpia, tu mirada recién nacida, ojalá no te pesen los muertos y te quede aún vida por delante.
Ojalá tú, o tú o tú, vosotros, vengáis mañana para decirme: míranos poeta, pariendo corazón por todas partes.
Míranos, desafiantes.
Míranos poeta, deja ya de equivocarte.