martes, 16 de noviembre de 2010

El paredòn

Viñeta de Kalvellido

Todas las armas están cargadas. La humanidad está en el paredón. El pelotón de fusilamiento se frota las manos antes de disparar. Unos pocos acechan desde cerca el momento infame en el que caiga al suelo para arrancarle las pocas riquezas que le quedan.
Apenas entre los dientes algo de oro, petróleo y tierra yerma.
Mira de frente, no tiembla, la noche es larga. El grito de millones recorre sus arterias.
Huele a pólvora, a azufre, a tinieblas.
Los verdugos apuntan con rifles cargados de hambruna, de ignorancia, de desesperación. Disparan sus masacres, sus cárceles, su represión.
Disparan una y otra vez esclavitudes, pestes, desinformación.
Disparan ráfagas de muerte, de tortura, de terror. Fuego a discreción.
La humanidad mira de frente, no tiembla, sangran sus heridas, no cae, no se arrodilla.
Altiva, sagrada, digna.
Lleva el corazón sobre la rabia. Tiene canciones en los labios, tiene sueños, tiene vida.
Resiste con los puños apretados.
Resiste golpe a golpe, siglo a siglo.
Resiste a pelo, día a día,
los disparos genocidas de la codicia.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Los bicèfalos


Viñeta de Kalvellido

Yo sólo tengo una cabeza, no tengo la suerte que tienen otros de tener dos.
Con esta pobre cabeza que yo tengo no comprendo cómo es posible vivir con dos bocas que hablan, con cuatro orejas que escuchan, con dos cerebros que piensan. Digo esto porque la clase política del estado español, lleva sobre los hombros dos.
Con una hablan de paz, con la otra no paran de guerrear.
Con una defienden la democracia y con la otra la revientan.
Con una condenan la violencia, con la otra la silencian.
Con una persiguen bestias, con la otra destruyen sus huellas.
Y así, con estas dos cabezas que cada uno de ellos lleva, vamos escuchándoles defender la libertad de expresión mientras acosan a algunos medios de comunicación.
Mientras se vanaglorian de ser demócratas encarcelan a quien no les da la razón. Mientras se rasgan las vestiduras porque Otegui no dice lo que ellos quieren escuchar, callan si su jefex admite la íntima relación con el GAL. Mientras besan las manos del tirano, salen a explicar que lo del Sáhara estuvo mal. Mientras blindan a los ricos para que se enriquezcan más dicen que se preocupan por nuestro bienestar. Mientras hablan de justicia, vomitan injusticias y así soportamos esta delirante manada de bicéfalos.
Extraña raza, extraños los idiomas que utilizan, extraña la coherencia que abanderan.
Yo sólo tengo una cabeza, si tuviera dos, seguro que en cualquier parlamento tendría un sillón.

martes, 9 de noviembre de 2010

El abecedario

Viñeta de Kalvellido

Querido señor Gonzalex:
Usted està enfermo, si no quiere decírselo su familia yo se lo digo: padece el síndrome del abecedario, sí, si, no se asuste, tiene cura, sólo una terapia adecuada y voluntad, mucha voluntad.
¿Qué le ocurre señor Gonzalex?,
¿Añora aquellos tiempos en los que desde su despacho bajaba el pulgar o lo levantaba?
¿Siente nostalgia de su poder sobre la muerte?
Señor Gonzàlex, ya todos supimos despejar las incógnitas: el terror se fabricó en los desagües de su casa entonces ¿con qué objetivo viene a rellenar con su puño los puntos suspensivos?
Cuídese los abecedarios, señor Gonzalex, cuide la caligrafía, los signos, las puntuaciones, repase las cartillas, dígale a alguien que le ayude con los dictados, aprenda de nuevo a juntar letras, no se quede prendado con la “X”, hay muchas otras que lo esperan.
La “t”, de tortura, la “s” de secuestro, la “c” de crimen, así hasta 28.
Señor Gonzalex, usted fue presidente y hoy declara que dudó entre ordenar asesinar o dejar quieta la vida, usted está enfermo, qué duda cabe, pero de cinismo.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Otra masacre

Viñeta de Kalvellido

Otra masacre. Más cadáveres sobre una bandera.
La muerte es el único argumento con los que se sublevan.
Bajan los pulgares y el plomo siembra calaveras.
Otra masacre, joder, otra masacre en la tierra.
Más muertos pateando la justicia ciega,
arrancándole las venas a esa justicia que revienta,
clavándole en la memoria su mirada negra.
Otra masacre, ya perdimos la cuenta
de los que murieron con la patria a cuestas,
de los que murieron y esperan envueltos de cal, de amnesia.
Otra masacre, aquí cerca,
clavada en el corazón.
Otra masacre en este mundo de mierda.

domingo, 7 de noviembre de 2010

El mundo que tenemos

Viñeta de Kalvellido

No sólo vivimos en un mundo acotado por alambradas, por muros. Un mundo con poquísimas ventanas.
No sólo vivimos de prestado, como si fuéramos inquilinos incómodos, como si nos hicieran un favor por dejarnos gastar el aire, la luz, la hierba.
Padecemos el peor de los dramas: la vida tiene precio.
De unos pocos es el agua, de unos pocos son las semillas, de unos pocos la salud, de unos pocos es el techo, de unos pocos el abrigo, de unos pocos es el conocimiento, de unos pocos es nuestro tiempo, de unos pocos son las canciones, de unos pocos los abecedarios, de unos pocos es la comida.
Y así sobrevivimos encadenados a la codicia de unos pocos, acostumbrados a abonar un peaje siniestro por estar vivos.
De esta forma estorban todos aquellos que apenas alcanzan a reunir unas monedas.
Esos no cuentan, esos mejor que se mueran, que dejen libre la tierra.
Y así, compramos y compramos, pagamos y pagamos hasta que nos dejan fuera del mercado.
Este es el mundo que tenemos.
Un mundo donde los terroristas más peligrosos son mercaderes armados hasta los dientes con títulos de propiedad, con patentes.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Si yo fuera dios

Viñeta de Kalvellido

Si yo fuera dios con la disculpa de la crisis mandaba a todos al carajo porque mira que salen caros los desplazamientos de los representantes, mira que salen caros los uniformes de trabajo, mira que salen caras sus oficinas y esa costumbre tan denostada de trabajar cuando nadie más trabaja y las subcontratas de limosneros, campaneros y beatas.
Si yo fuera dios aprovecharía estos momentos de incertidumbre y como buen empresario cerraría para siempre las puertas del cielo.
Si yo fuera dios estaría harto de sufragar la buena vida de unos cuantos, estaría hasta las barbas de tanto vago, de tanto embustero, de tanta moral inmoral, de tanto fabricar almas de plástico.
Si yo fuera dios no permitiría que un anciano babeante continuara en el trabajo hasta la muerte, contrataría mano de obra más barata, reduciría gastos, cobraría por confesión, por comunión y por bautismo.
Si yo fuera dios no estaría disponible a todas horas, hablaría con todos, no con unos pocos, dejaría hojas de reclamaciones a disposición de los clientes, llevaría rigurosos controles de sanidad de los obispos, permitiría las huelgas menos comprometidas y los delegados sindicales serían mis amigos.
Si yo fuera dios presentaría mi renuncia, me cambiaría de sexo y me marcharía a algún lugar laico a pasear por el malecón sin que nadie me bese las manos.
Si yo fuera dios.

jueves, 4 de noviembre de 2010

El papa

Viñeta de Kalvellido

Siempre he sido poco amiga de ídolos, desde niña me espantaron esos seres, más parecidos a estrellas de rock sexagenarios que a mesías portadores de la única buena nueva posible: la justicia.
Aborrezco al Papa y todo lo que representa: siglos y siglos de engaños, de clavar a los pueblos en la cruz de la resignación.
Sabemos que dios nunca estuvo muerto puesto que nunca fue parido y el papa también sabe esto y toda su cohorte, pero sostienen esta inmensa trampa con promesas de eternidad que nunca se cumplirán.
Debe continuar con este gran invento para que no caiga en el olvido que lo cuenta todo, que cuidadito con aquellos que follan o son ateos, que tiene línea directa con el cielo.
Ratzinger, este tipo que con solo mirarlo te tiemblan desde las pestañas hasta los ovarios, es hoy el representante de ese dios que nunca fue parido y pone a funcionar la propaganda aún sabiendo que el producto está en mal estado, desea rescatar a eso fieles que dudan entre el futbol, los centros comerciales, la droga, Obama, o su personaje caducado.
Y va de aquí pa allá con su alfombra blanca, con sus palomas blancas, con sus discípulos de sotanas blancas y habla para un mundo que adora el becerro de oro que esconde bajo su falda.
Este tipo viajará estos días al Estado español, lo recibirán manadas de fieles adoradores de la nada, besarán sus manos sarmentosas, rezarán, se golpearán el pecho y darán las gracias por haber visto a este hombre parido de mujer desgarrada.
Ni más ni menos: un actor siniestro, una escenografía sublime y el club de fans más numeroso, apasionado y estèril de la historia.