jueves, 29 de septiembre de 2011

El futuro es un campo de batalla


Viñeta de Kalvellido

El futuro es un campo de batalla.
Benedetti miró a lo lejos vio este presagio y lo dejó escrito.
No se puede resumir en menos palabras y con mayor contundencia nuestro presente.
La pregunta es qué haremos ahora, si ya esta verdad camina a ras del suelo, si es ahora mismo cuando la calle, las casas, los destinos pelean cuerpo a cuerpo, si ya no existe un porvenir de sueños y de canciones, si ya el dedo en el gatillo es un hecho y los escrúpulos son sepultados en nombre de unas cuantas avaricias.
Qué haremos para que la vida drene rabia, qué haremos para detener esta invasión de odio, este desasosiego atroz, este miedo colándose por los poros de la ternura, de la desobediencia, de la rebeldía.
Qué haremos para ver lo que vio el poeta con claridad, para darnos cuenta de que en esta guerra no hay retaguardias ni retiradas, que vamos todos en primera línea, desarmados, vulnerables, violados calladamente.
El futuro que veía Benedetti, lo tenemos hoy en nuestras manos, un presente supurando impunidad, las preguntas se caen, se pierden, se esconden, los muertos se olvidan, se ignoran, se abandonan y la vida va aferrándose a las cadenas, creciendo imparables bajo la piel y la tierra,
Y en este campo de batalla algunos de nosotros empuñamos la voz y la palabra como fusiles, como si creyéramos que es un arma infalible y que con ella lograremos herir de muerte la indiferencia.
Un espejismo al que agarrarnos mientras no clarea.
La codicia tiene una caligrafía muy clara y jamás se doblega si no es por la fuerza.
No es suficiente, el verso, la canción, la esperanza.
No es suficiente el puño en alto, el pecho al descubierto, la mejilla golpeada.
Hay un mar de corazones aullando para que todo esto termine, para que llamemos a las cosas por su nombre, para que empecemos a poner final a esta larga historia de crímenes y criminales bendecidos por el presente y la memoria.
Ojalá en este momento preciso un poeta, uno cualquiera, en cualquier lugar del mundo escriba: “El futuro es un diluvio de utopías”, sólo así podremos transitar armados con la convicción de que un día, de verdad, ese futuro se hará presente sin la mancha estéril del poder y su violencia.

jueves, 15 de septiembre de 2011

La parodia


Viñeta de Kalvellido

Dicen que las jaurías se han sentido ofendidísimas con la parodia que de ellos han hecho en Altsasu.
Y que van a tomar medidas, advierten.
¿Qué medidas peores si ellos son los dueños del golpe y la tortura?,
¿Se sienten ofendidos porque les parece que un pueblo entero les ha faltado el respeto?
Pero si ese respeto lo perdieron al enfundarse un uniforme que carga plomo y sables.
¿Les parece que deben ser tomados como serios demócratas y es por eso el cabreo?
Pero si son herederos de la cuneta, la cabra y la bandera rojigualda.
¿O se pican porque salieron todos mezclados sin distinciones ni medallas, súbditos de un rey de venas atrofiadas?
Ay, estas jaurías, tan remilgadas, les pica el honor porque fueron tomados a guasa.
Les pica que no tiemble un pueblo cuando de ellos se habla.
Les pica la risa que da verles desfilando como si de otros tiempos se tratara.
Porque están hasta los mismísimos de tanto cuartel y control y tanta democracia con mordaza y picana.
Y esto sólo se soporta con unas cuantas carcajadas.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Los libres


Viñeta de Kalvellido

Estos días hemos visto entrar y salir a Cañamero de la cárcel, el reto del poder es conseguir poner a los libres entre rejas, pa que no sirvan de ejemplo.
Pa que sepamos que si pensamos libremente podemos correr igual suerte.
Pero se produce el efecto contrario.
Los que estamos en esta orilla admiramos esa libertad de carne y hueso, esa desobediencia, ese gesto que les pone en la mira.
No es fácil apostar todo o nada.
Ojalá fuera contagioso, ojalá sus certezas nos empujaran también a todos en esas apuestas y consiguiéramos que este presente harapiento se convirtiera en futuro de tierra, pan, dignidad y justicia.
Ojalá aprendamos ya mismo que la libertad en mayúsculas pone en jaque el sistema feudal en el que vivimos y que la rebeldía no existe sin peligro.

martes, 6 de septiembre de 2011

No mañana, ahora mismo


Viñeta de Kalvellido

Rondan los fantasmas, todas sus palabras salen sucias desde la garganta.
Nada se gana si no hay batalla.
Y somos pueblo crucificado.
Y somos pueblo fragmentado, solo en su soledad de pobreza.
Y somos pueblo sin voz ni democracia, viviendo la penuria de quien todo lo codicia.
Y somos nombres buscando la canción que nos de fuerza.
Y es que algo ocurre en las calles o en las plazas, algo sucede en las casas, en las infancias, en el presente, en los días de golpe y golpe, en las noches sin principio ni fin posible.
Algo ocurre, si, hombres y mujeres, algo nos viene sucediendo, quieren dejarnos sin pan y sin ideas, sin memoria y sin futuro, sin libertad y sin justicia.
Nos quieren casi muertos, sólo palpitantes para el trabajo manso, para engrasar la maquinaria que desahucia nuestra tierra, nuestras vidas.
Pero la esperanza siempre fue nuestra, nuestra fue también la certeza de que otro mundo debe ser parido, con dolor de flores o metralla.
Otro mundo debe ser parido.
No mañana, ahora mismo.

lunes, 5 de septiembre de 2011

No claudicar


Viñeta de Kalvellido

Podemos hacernos los tontos, podemos dar la vuelta a la realidad como un calcetín sucio, podemos quejarnos con asombro de los millones de muertos de sed o de plomo, podemos analizar las palabras dichas con deleite criminal, podemos salir a la calle con eslóganes correctos, podemos aullar, patalear, empuñar la furia, podemos escribir, cantar, señalar con el dedo de la indignación a los autores de alguna de las barbaries, pero a la bestia poco le importa.
Apenas somos un pellizco, apenas le impedimos continuar su camino, apenas le impedimos matar mientras morimos.
Sus armas poderosas mantienen quieta a la humanidad, cree que es imposible dar con el puño sobre la mesa si el hambre nos traviesa, si las mordazas o los cadalsos se multiplican, si vivimos crucificados por las deudas o la pobreza.
Pero sus poderosas armas no pueden contra quienes nada tienen, contra quienes defienden la esperanza, contra aquellos que viven para estrenar un mundo limpio.
Es cierto, la bestia sigue su camino trazado hace siglos, es cierto que sepulta los pueblos, que aniquila voluntades, que descuartiza la ternura de sabernos hermanos, hijos del mismo dolor, de la misma codicia, esto es cierto, como es cierto también que llegamos a la vida con rebeldía, que no nacimos para esclavos, si no que nacimos para usar la libertad como un desafío único.
Ese es nuestro destino, no claudicar pese a todas las armas, pese a toda esta industria de carne, cañón y nausea.