jueves, 29 de diciembre de 2011

Basta


Viñeta de Kalvellido

Ya están babeando.
La moderna servidumbre está en sus manos.
Poco trabajo, mal pagado, muchos impuestos, ningún derecho.
Ajo y agua para todos.
Pan para un puñado.
Nada de techo,
demasiados privilegios.
Soplones, canallas
y matones dando órdenes.

Sus tremendas profecías
se derraman sobre las camisas blancas
de quienes aún tienen dignidad y no se agachan.

Han secuestrado las madrugadas,
han partido en dos los huesos del mañana,
han arrancado de cuajo los frutos y la esperanza.

Y sólo nos queda la palabra,
la palabra que dice basta.

Basta al toque de queda de la rabia,
basta a la justicia errante,
a las puñaladas.
Basta al miedo,
basta a tanto sepulturero de democracias.

Sólo nos queda la palabra,
la más urgente,
la más necesitada,
la que para en seco
a esos hijos de la grandísima
que sueñan con encerrarnos en jaulas.

viernes, 23 de diciembre de 2011

El nuevo gobierno


Viñeta de Kalvellido

Este nuevo gobierno viene dando caña, tiene soluciones para todo.
Va a barrer el país de pendejos, de quejicas, de zurdos rechistones.
La mordaza, el golpe, la cárcel, serán una costumbre para aquel que hable.
Va a privatizar la salud para que ningún viejo abuse del nolotil, ni de los pañales y ningún emigrante se haga gratis una mamografía.
Los enfermos morirán antes, morirán peor, morirán más pobres.
(Los pobres, una vez que votan, molestan).
El paro bajará con los despidos
o los despidos bajarán con el paro
o habrá más despidos y más paro, lo importante será rematar el trabajo que dejaron a medias los anteriores.
Los empleos serán yugo,
la libertad, un absurdo,
la justicia, un estorbo,
la memoria un olvido.
Y ellos dirán que todo va bien y a ellos les irá bien, rematadamente bien.
En este país que es un feudo, un cortijo, un podrido reino donde reinan los matones, se alardeará de democracia mientras la banca gana y el pan escasea.
En este país, jodido y emputecido país, aún habrá algún idiota esperando que pongan orden los que más interés tienen en tenernos agarrados por los ovarios o por las pelotas.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Hablemos


Viñeta de Klavellido

Hablemos de la urgente necesidad de resucitar las utopías.
Hablemos de sepulturas, de cavar fosas con el grito o la palabra.
Hablemos de enterrar los cadáveres de la indiferencia, de la complicidad, del saqueo y la amenaza.
Hablemos de los que llorarán cuando echemos tierra sobre los préstamos, de los que guardarán silencio mientras se cierran las lápidas de sus poderosas canalladas, de los que desearán no haber nacido cuando lluevan castigos sobre las tumbas de sus empachos y de sus rapiñas.
Hablemos de nosotros mismos, de los que nacemos y morimos cada día, de los que a pesar de estos tiempos fúnebres respiramos amor y rebeldía.
Hablemos de tú a tú clavando en el pecho plegarias que son justicia.
Hablemos para que los sueños vuelvan de la muerte.
La vida tiene la última palabra,
hablemos definitivamente.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Què corto es el viaje


Viñeta de Kalvellido

Què corto es el viaje.
Buscamos cambiarlo todo, poner el mundo patas arriba, dejar de llorar sin remedio, tocar los nombres que fueron arrancados de cuajo.
Deseamos clavar las uñas a la injusticia pero la travesía es breve, apenas comienza, nos paraliza una ley, una guerra, un golpe bien dado, un descrédito, un bloqueo, un acoso, un genocidio.
Se hacen cortos los sueños cuando para en seco la utopía.
Y volvemos a empezar imaginando otra vez un lugar mejor y mejor repartido, nos juntamos, cantamos, usamos la voz que es hueso y metralla, levantamos el puño y la esperanza y de nuevo, erguidos, estrenamos senderos que nos lleven al único sitio donde es posible la ternura y el castigo.
Siempre es lo mismo, clavar las rodillas, llenar los ojos de desesperación, apretar los labios, desabrochar la rabia y salir a la vida con la razón por bandera.
Hasta que este viaje corto se convierta en eterno con el fin definitivo de la impunidad.
Y esto algún día sucederá.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Los apòstoles


Viñeta de Kalvellido

Cada día que pasa la bestia avanza, dejando a su paso cadáveres, hambrunas, escombros, metralla.
Cada día nuevo un país, un domicilio, una piel, un futuro, es quebrado a golpe de fusil o de moneda.
Y los apóstoles de esta felonía, aquellos que representan a los pueblos, defecan sobre las democracias al mismo ritmo que eyaculan.
Y estos seres mesiánicos, bien entrenados y nutridos, no tienen alias, pero sí delitos. No están en la cárcel pero sí son asesinos. No están ciegos pero sí dan palos hasta dejarnos muertos.
Y juegan a las profecías augurando un mundo peor del que ellos nos fabrican.
Y si quedan dudas, aprietan los destinos con sus jaurías, con sus miedos, con sus presidios.
Y mueven los hombros mientras crece la desesperación.
Y subrayan los horrores bajando los pulgares, ahuecando el pecho, riéndose a nuestra costa.
Y mientras tragamos sus ostias en esta eucaristía fanática, los elegidos se pasan el testigo de sus crímenes, comulgan y tan amigos.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Hay vidas


Viñeta de Kalvellido

Hay vidas que se pudren a la sombra del sistema.
Vidas que molestan o vidas invisibles para la justicia.
Hay vidas que aúllan incesantes detrás de las rejas, vidas arrinconadas, mutiladas, dejadas a su suerte en patios de sobredosis y de sangre.
Hay vidas esparcidas, diezmadas, vidas soportando el tiempo lento, el enorme hueco del silencio, el temor de la guadaña puertas pa dentro.
Hay vidas con los días contados, con la salud a rastras, con muros violentos pudriendo la paciencia, los sueños, la esperanza.
Hay vidas, largas vidas viviendo una vida cautiva, de pesadilla.
Hay vidas que no valen nada en este país que nos apuñala con sus cárceles,
con sus condenas eternas,
con sus leyes canallas,
con sus castigos roncos y selectivos,
con su mierda clasista de vasallos pobres o insumisos en presidio.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Oiga


Viñeta de Kalvellido

Oiga, no me detenga que yo no hice nada, apenas pensar, apenas quejarme, apenas.
Oiga, no me acuse de violento, es usted quien lleva armas.
Es usted quien defiende este mundo de lástima.
Oiga, que yo no hice nada, que yo no derramé la pobreza, ni golpeè en las fábricas, que yo no vendí mi conciencia a cambio de una buena paga.
Que yo no firmé el olvido, ni cavé las sepulturas, que yo sólo digo que aún hoy se tortura.
Oiga, que yo no hice nada, que sólo soy un hombre lleno de rabia, una mujer condenada a ser paria, sólo somos voz y furia desatada, sólo somos desafío, amenaza.
Sólo un puñado de huesos y de rodillas ásperas que viven sin quemar la memoria, con esta larga sed de palabras.
Sólo somos savia nueva recorriendo las ideas que coagulan y nos llenan de esperanza.
Sólo somos esto que ve, gente que no da la espalda, soñadores fanáticos, enemigos de sus amos, gente que no piensa callarse sólo porque a ustedes les escueza que caminemos sin permiso por estas calles sitiadas.
Nos tienen miedo, eso es lo cierto.
Están en guardia.
Temen que despertemos la dignidad de todos los que se agachan.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Las màquinas


Viñeta de Kalvellido

Cuando a unos cuantos les sobra la codicia aparece la guerra como un antídoto contra la palabra, contra la voz compartida en el lugar común de la vida.
Y aparece con su batallón de carne humana preparada para matar en cualquier parte.
Es dramático pensar que hay seres humanos cobrando al contado por reventar soberanías, por mutilar adolescentes, por violar mujeres, por descuartizar futuros y presentes.
Uno a uno fabrican horror, como si lo más importante fuera ese país que les financia un viaje donde lo más probable es que no vuelvan.
Muchos de ellos creen en la verdad de su mensaje, se convencen de su heroísmo, idolatran la bandera hasta volverse locos y matan sin dudar un sólo instante.
Sólo son máquinas que desangran.
Gentes bien adoctrinadas que ofrecen sus corazones a cambio de unas medallas.
Tantos guerreros, tantos matones, tantos canallas dispersos en batallas donde ni saben qué les llevo a odiar a esos enemigos que se defienden.
Tantos fanáticos, tantos guardianes, tantos asesinos en serie.
Tantos verdugos amontonando muerte, enarbolando cráneos y brazos y dolores ancestrales.
Tanto hijo de la grandísima patria entrenado para matar.
Tanto cabròn y tanto cobarde recibiendo un salario de hambre para hacer callar a los vivos y que sólo los muertos hablen.