sábado, 7 de abril de 2012

Dimitris


Carta manuscrita de Dimitris

Hay personas que se convierten en símbolos.
Gente común que con su ejemplo de dignidad nos revienta la conciencia.
Es tarde para la pena, ya no hay dìas para el abrazo, las calles son polvorines donde la vida esparce sueños muertos.
Y ese escuadròn que dicta epitafios y fatiga sus lenguas leprosas escupiendo leyes que diezman, ignora que tiene los labios manchados de sangre porque estrangularon a los pueblos hasta destruir sus arterias.
Apenas nos queda un poco de futuro, apenas un poco de mar sin luto, apenas algún símbolo que sirva de espejo donde mirar el plomo, el fango, las tinieblas.
Es momento de detener la barbarie, de parar a los verdugos, no es tiempo de continuar escondiendo la memoria, la palabra, a los hombres y mujeres que supuran.
El silencio es impunidad y con ella se lavan las manos los que gobiernan.
Un disparo en una plaza y Dimitri cae al suelo para poner en pie la rabia.

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