viernes, 20 de abril de 2012

El bombardeo

Viñeta de Kalvellido


Igual que en una guerra, no cesan de caer las bombas que nos revientan.

Devastando nuestros derechos convierten en visibles sólo a aquellas personas que conservan unas pocas monedas para comprar salud, letra o trabajo.
Los demás no cuentan, no importan, allá cada cual con sus problemas.
La élite, cada día más salvaje, disfruta si ruedan cabezas, claro, si son cabezas de tercera, es decir, las nuestras.
No nos necesitan a todos, con un puñado es suficiente para mover la rueda que multiplica su riqueza.
En realidad, los que mandan, esos que susurran a los oídos de los gobiernos a la vez que amenazan, los mismos que retuercen el cuello de los pueblos, o deciden inventarse pestes o hambrunas, o mover las fronteras o saquear la naturaleza, sin palabras nos cuentan sus propósitos, sin quererlo, señalan poco a poco sus ideas.
Nos muestran que en realidad, los disparos a bocajarro del gobierno de turno no son más que dóciles fórmulas creadas por unos verdugos que desde la sombra simplemente ambicionan más crímenes y más fortuna.





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