jueves, 7 de marzo de 2013

Ojalà


Viñeta de Kalvellido
Ojalá mis letras fueran profecías,
palabras amables que presagian  futuros de levadura y abrazos.
Ojalá mis versos fueran como el fuego
para fundir las cadenas de este espanto
que nos hace esclavos ignorantes
de nuestras  servidumbres ciegas.

Ojalá unos pocos versos pudieran castigar
los huesos de quien condena a la miseria
a tantos niños mutilados de juegos,
a tantos viejos amputados de salud,
a tantos hombres y mujeres
preñados de injusticia que errantes lloran o cantan
buscando un porvenir que nunca alcanzan.

Ojalá fuera bastante con ser poeta
para convertir en calavera el silencio,
el dolor, los fracasos.
Ojalá, si,
ojalá fueran suficientes este puñado de poemas
para ulcerar el corazón de los que andan a tientas
con sus modales canallas
derramando  dentera
sobre nuestros sueños y esperanzas.

 Ojalá los poemas pudieran arrancar de cuajo
tu violencia,
tus fantasmas,
tus garras afiladas,
vuestro deseo de ser alguien convirtiéndonos en nada.

Pero apenas alcanzan a ser esta voz
que no claudica
porque rendirse
es escribir el epitafio más triste;
el de una poeta que muere
sin ojalas posibles.

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