viernes, 31 de enero de 2014

Madrid debe ser y serà la tumba del fascismo

El 22 de marzo llegarán las marchas de la dignidad a Madrid para combatir el mismo fascismo que combatieron nuestros viejos  hace no tanto tiempo.
También ahora estamos asediados,  igual que ocurrió entonces.
Cada uno de los pueblos sobrevive a duras penas, lleno de miseria y hambre.
Avanzan  con su ideología de extermino, vienen al galope a saquearnos impunemente.
Lo quieren todo, hasta el aliento.
Hasta la infancia quieren de rodillas,
hasta nuestros úteros y nuestras libertades.
Hasta nuestra memoria.
Todo quieren,
las casas, los trabajos, las calles, las plazas, la tierra,
 la piel, las letras, la comida.
Pero la dignidad no la quieren, la temen.
La dignidad es cosa de hombres y de mujeres.
El 22 de marzo, llegaremos a la ciudad que fue símbolo de resistencia en tiempos no muy pretéritos para levantar el puño y la rabia.
Para  escribir el alegre epitafio  en su vientre.


miércoles, 29 de enero de 2014

El carro

Imagen de Mena

Hay personas que aún creen que su palabra vale.
Cotorrean desde los estrados  tratando de convencernos de su pulcritud, de su coherencia, de la empatía universal con la que fueron bautizados.
Los vemos en los sindicatos, en los parlamentos, entre   intelectuales,   pero les huele demasiado mal el aliento.
Dan asco.
Ciegos,  abrigados con su cinismo se empeñan una y otra vez en engañarnos.
Y una y otra vez desafían nuestra inteligencia seguros de que podrán convencernos, que depositaremos en ellos una confianza que se pasan por el forro cuando pintan oros.
¿Alguno habla de no pagar la deuda?, ¿alguno ha denunciado la situación de los presos políticos, de las torturas?, ¿dicen abiertamente que la justicia, toda, está patas arriba? ¿Alguno propone construir  una sociedad, a años luz de esta democracia emputecida? ¿O proponen casi todos seguir esta rueda, limpiando alguno de sus ejes, engrasando alguno de los engranajes que chirrían, cambiando los caballos viejos  que arrastra este carro de indigencia por potros que tiran con más fuerza?
¡Ay, que el carro va lleno de miseria ¡

Hay que pararlo. No arrastrarlo hacia tierras aún más yermas.

martes, 28 de enero de 2014

Vinieron al principio

Viñeta de Kalvellido

Vinieron al principio,
nacieron junto a nosotros,
sembraron poco, recogieron todo,
fabricaron moneda para quemarnos con ella.
Artesanos de cizaña escribieron la historia
sin contar quien fue el cantero
de cada lápida,
ni quien nos fue dando el tiro de gracia.

Vinieron  con  mala sombra,
porque sus cráneos antes de nacer fueron apuntalados con imperios y blasones.
Lo quisieron todo, todo,
hasta la memoria la quisieron a su semejanza,
hasta las palabras.
Vinieron igual que los dioses,
 para la usura,  la  mansedumbre,  la violencia, las falacias.
Vinieron, un puñado.
A penas una bandada con oscuras intenciones.

 Vinieron al principio, es cierto.
Estuvieron siempre junto a nosotros
bebiendo, insaciables,  nuestra sangre.
Es hora ya de que se larguen

lunes, 27 de enero de 2014

Te quiero

Viñeta de Kalvellido

No quiero tu mano blanda,
quiero tu puño,
no quiero tu palabra débil,
quiero tu grito antiguo,
no quiero tu espalda curva,
quiero tu médula en pie.
No quiero tus párpados zurcidos,
quiero tu mirada al frente.
Te quiero entero,
lleno de fuego,
te quiero sencillamente humano,
sencillo y ferruginoso,
sencillo y combativo,
sencillo de piel y de palabra,
sencillo de patria.
Sin muros, sin quietud,
sin el terror de los vencidos,
Te quiero así, como eres,
da igual donde sueñes.
Te quiero,  porque veo a través de ti, de vosotras,

 que aún son posibles sus derrotas.

domingo, 26 de enero de 2014

Mi poesìa

 Para mí la poesía debe ser útil.
Debe lograr el objetivo de ser manoseada, cantada, contada, secuestrada.
Yo concibo este oficio así, como una modista que trabaja en su casa, puntada tras puntada, para luego ver el vestido en un cuerpo ajeno camino del trabajo.
Es un oficio solitario, amargo muchas veces, ajeno a ese mundo paralelo donde se mezclan egos, premios, editoriales.
Yo no deseo eso para mis versos.
No quiero para ellos un destino  privilegiado. Los quiero sucios y efímeros. Guardados en los bolsillos de los republicanos, en las asambleas,  escritos en los cuadernos, en las paredes, en la memoria de quien los lee y le sirven para poner nombre a sus dolores.
Mis poemas no son nada si los pueblos no tuvieran la urgencia de vivir a pleno pulmón, respirando justicia por todos sus costados.

Mis poemas no son nada, no sirven de nada, si   estos retales de palabras que hilvano casi sin luz, no los viera, de vez en cuando, pasearse por la acera de enfrente hechos jirones, remendados, dando con su aliento un poco de calor a los corazones tozudos y soñadores que aùn creen que es posible ser libres.

sábado, 25 de enero de 2014

Los zapatos

Viñeta de La Ratagris

Hoy  me regalaron unos zapatos.
“La Yola” me dio una herramienta para poder andar, para seguir caminando, para que el dolor  sea menor, para que la humedad no me cale los huesos, para que  los días sean más cómodos, menos dañinos.
Me dio un símbolo.
Para que no me quede quieta a pesar de los latigazos.
Para que me mueva.
Para que  paso a paso, poco a poco vaya dejando huellas limpias sobre el fango y el asfalto.
Para proteger unos pies descalzos, heridos, fríos, que amortigüen las piedras, las espinas.
Que me pongan en pie cada mañana.
Hoy  soy una poeta con zapatos nuevos,  con prisa por seguir dando patadas a  los fantasmas que nos arrodillan.  


viernes, 24 de enero de 2014

Ring, ring

Viñeta de Kalvellido

Hace unos días recibí una llamada de teléfono de un amigo del pasado.
Después de las palabras de cortesía habituales, pasamos a preguntarnos sobre la esencia de nuestras vidas en estos años en los que cada uno ha seguido su camino.
¿Y tú,  qué tal? me dijo
-Pues, no muy bien, no paro de recibir ostias por todos los lados, respondí.
Ahhhhhhh, ya, pero bien, ¿no?
-No, bastante mal, tengo el cuerpo lleno de heridas.
“Bueno, Silvia, ya sabes, que todo lo que nos sucede, nos sucede por algo” sentenció.
Le colgué el teléfono inmediatamente y me puse a pensar en esta frase tan despiadada.
Me asaltó la imagen de familias completas sacadas a golpes de sus propias casas y claro, según el razonamiento de este individuo, este les sucede “por algo”, porque han sido malos, malísimos, porque han vivido por encima de sus posibilidades, porque cualquier diosito les obsequiará con una parcela en el paraíso de los desahuciados, en fin, que si se cruzan de brazos descubrirán mientras se mueren de frío en la calle, esa razón poderosa por la que los fascistas les hacen tan desgraciados.
Esencialmente me preocupa que la indiferencia tenga este rostro confuso, esta máscara que esconde tanto desprecio hacia las injusticias
Me preocupa estar rodeada de gente que justifique el sufrimiento ajeno con argumentos de sabiduría barata, con renglones memorizados de los libros de autoayuda.
Me jode. Y como no soy poeta correcta, diré que no tengo el coño para estos ruidos.
Porque esa actitud que me trasladó mi amigo por teléfono, esa especie de resignación esperanzada que quiso contagiarme no es más que la versión moderna de lo que los curas más reaccionarios han querido siempre que el pueblo sienta: una culpa inmensa.
Que entonemos el mea culpa mientras nos golpeamos el pecho con el puño, que nos dejemos hambrear porque es el peaje que debemos pagar por no ser puros.

Y a estas alturas, que venga nadie a contarnos estas milongas, cuando está todo tan claro y la barbarie se pasea en pelotas impune y criminal me parece de una complicidad y ceguera tan aterradora  que cruzo los dedos para que a este charlatán y a otros muchos, se les tuerza el destino a ver si entonces dicen lo mismo.

jueves, 23 de enero de 2014

La paciencia

Viñeta de Kalvellido

Con paciencia afilada voy deshuesando los días.
La piel de las horas se agrieta,
y nada cambia.
Sòlo estoy yo con las manos ensangrentadas de poemas.
Y ya no sé qué hacer con tantas arterias reventadas,
con tantas palabras lívidas,
con tanto dolor manoseado
a espaldas del poeta y del cantor,
a espaldas de la voz que se rompe volcánica,
que  agrieta, rebelde, su garganta,
que levanta la hoz, el plomo, la palabra.
Y yo no sè qué hacer, con esta muerte del verbo,
con estos látigos que silencian,
con este miedo que anula el nombre de los que caen,
el nombre de los que luchan.
La piel de las horas oscurece el porvenir,
oculta los andrajos,
narcotiza los estómagos vacíos.

Bajo un sopor de siglos mueren los mismos.

Y yo ya no sé qué hacer
con estos poemas escritos sin luz
sin agua, con frío.
Yo ya no sé qué hacer para que estos versos sombríos
partan en dos

esta atrocidad  de obligarnos a vivir siempre en el abismo.

martes, 21 de enero de 2014

No me fio

Viñeta de Kalvellido

Debo ser una poeta rara, no me fío de los líderes.
Al poco de encumbrarse empiezan mis sospechas, me obsesiono a veces con seguirles los pasos esperando el momento del tropiezo.
Creo que esto que me sucede lo originaron los egos desmedidos que he ido conociendo en la vida.
Algunos se sostienen bien travestidos, décadas incluso, pero a la larga asoman sus traiciones y el dolor que causan.
También es cierto que unos pocos tienen toda mi simpatía porque su trayectoria es limpia, porque se saben herramienta de algo más importante que ellos mismos, porque reconocen lo poco que es un hombre o una mujer solos si lo que se batalla es la esperanza.
Pienso que lo que menos necesitamos son mesías, nos urgen las ideas, las conciencias bien armadas, la certeza de que después de uno habrá otro y otro recogiendo el  testigo de la desobediencia.
No soy religiosa, por eso, no tengo fe.
La fe siempre es ciega, aturde, nos hunde en una narcosis donde se controla la rabia y el deseo de asaltar los imposibles. No quiero buscar quien lleve luz para guiarme en las tinieblas, no deseo agarrarme a las faldas de quienes dicen poseer un candil aunque sea nuevo, o hermoso o alumbre kilómetros.
Ocurre, que nadie nos emancipará. Nadie nos salvará, ni vendrán a quitarnos las cadenas, nadie si no somos nosotros mismos, convencidos uno a uno, libres de elegir, de pensar, soberanos, poderosos, titánicos.
Tan inmensos, tan potentes, tan completos.

Tan humanos que sea real un cambio desde la raíz, sin necesidad de salvapatrias.

lunes, 20 de enero de 2014

El mundo es una casa en ruinas

Viñeta de Kalvellido

El mundo es una casa que debe ser derruida.
Dentro de ella no se pueden ver los rostros tristes,
los huesos se pudren esperando que la carcoma emigre
los corazones se hunden,
la lluvia cae como si fuera alambre de espino.
Y es tan grande el frío,
y son tantos los sudarios
que nos abrigan.
Y somos tantos los que aún creemos en el espejismo
de  poder reconstruirla.
Abramos los ojos de una vez para contemplar las grietas,
abramos las ventanas para que el viento sea la voz que lleve los aullidos
por cada rincón, por cada esquina.
Abramos la puerta para que un escuadrón de vida
rompa los pilares
de esta casa erguida a golpes de cansancio.
A golpes de martillo sin hoz,

a golpes…  y sin sentido.

sábado, 18 de enero de 2014

Tristeza

Tristeza,
no vengas,
no tengo tiempo para tus trampas.
Mi casa, no es tu casa,
mi casa es para los que cantan.
No calentaré más tus pies,
ni  arrancaré más versos con tu nombre.
No pudrirás los días,
ni convertirás en polvo este amor
que aún es brasa, es caricia.
No apagarás  más la luz,
no serás  quien me guie
 por  ríos y mares de salitre.

Te golpearé si me desafías,
te mataré sin culpa alguna,
cubriré tu cadáver de estiércol y de cenizas.
No vengas, llama a otras puertas,
a las de aquellos que  gozan con tu ponzoña
como si fuera el néctar de la pena eterna.
Tristeza,
mi cuerpo
aún tiene corazón y fuerza,

 para decir: vete a la mierda.

viernes, 17 de enero de 2014

¿De què sirves?

Viñeta de Kalvellido

Si no llamas a mi puerta
cuando la noche es larga,
si no horneas el pan ni las caricias,
si no escuchas el ruido de cada vigilia,
¿de qué sirves, Amor?
Si los huesos no te importan
y menos te importan las vidas
y haces guiños al olvido,
y las rodillas se te ulceran
¿De qué sirves?
¿De qué sirves, Amor, con sólo dos ombligos?

La tierra es un volcán de ternura
que espera todas las lenguas
lamiendo urgentes sus delicias.

¿De qué sirves, Amor, si repartido de dos en dos,
te conviertes en  escombro y ceniza?
¿De qué sirves si con tu fuerza no pones en pie de guerra
a los amantes dichosos y a los jodidos de siempre?
¿De qué sirves, Amor, si te exilias
cuando eres más urgente?
Dime,¿ de qué nos sirves
refugiado en una alcoba,
mientras afuera resisten?

jueves, 16 de enero de 2014

Duelo a garrotazos


Estos días contemplamos un duelo a garrotazos entre zurdos. Los descalificativos golpean uno y otro rostro y mientras se arrean con ese garrote, no parecen darse cuenta de que estamos hundidos en arenas movedizas y que de seguir así, golpe tras golpe, terminarán por  ahogarnos.
Y que conste que soy poeta radical, que a estas alturas no me fio de ni un sólo mesías y que guardo en la memoria cada una de las traiciones. Pero nos hundimos.
Nos hundimos porque nos atizamos con saña.
Igual que en el cuadro de Goya.
Es un escenario igual de tenebroso, igual de descorazonador.

 Lo importante no es quien acierta el mamporro, ni quien es más ágil, ni quien posee mejor técnica para ostiar al de enfrente, lo prioritario debiera ser salir primero del paisaje.

miércoles, 15 de enero de 2014

Cuando muere un poeta


Viñeta de Kalvellido

Cuando muere un poeta no pasa nada, apenas ni nos damos cuenta,
ni la lluvia  queda quieta,
ni las estrellas se descuelgan,
ni los niños dejan de jugar a la rayuela.
Nada. No pasa nada.
Todos los días nos morimos.
Limosneros de pan y de ternura,
dejamos la vida como si tal cosa.
Como dejamos los poemas sobre mesas,
o en paredes o en plazas donde se amontonan
las huellas de los besos y de las quejas.
No pasa nada cuando nos morimos,
porque somos muchos muriéndonos clandestinos,
en lugares sombríos de humanidad,
porque somos tantos,
tantos los poetas que vamos muriéndonos
huérfanos, errantes, solitarios.
 Amados desde distancias remotas,
odiados por tener voz y estrofas,
aislados en un mundo  hostil que
nos lleva de cabeza.
Nada pasa, nada.
O sí pasa.
Ocurre que si muere un poeta
cerca del fuego y de las lágrimas,
cerca de la sequía  y de las guerras,
cerca de la memoria y de las picanas,
la muerte secuestra una garganta insomne.
Cundo muere un poeta  y muere gritando a la barbarie
calla la voz vigilante de quien quiso vivir

en pie, 
en paz, 
eternamente.

martes, 14 de enero de 2014

El musgo

Viñeta de Kalvellido

Crece musgo en mi pecho
y sólo estas manos pueden arrancar la humedad del corazón
para que germinen la paz y las semillas.
Crece lento,  macerado en los recuerdos,

 invadiendo la piel y los mañanas
y sólo estas manos pueden arañar la pena que
crece secuestrando la rutina.
Y sólo estas manos, estos dedos, estas uñas, pueden.

Sólo este puño puede  levantarse contra  la muerte y sus elegías.
Sólo mi puño, contra mis muertes,
sólo mi puño contra el miedo
de convertirme en piedra

invadida por el llanto  que los días
va dejando sobre este corazón sin profecías.

domingo, 12 de enero de 2014

El fòsforo


La vida, intramuros, es una lucha constante, recoger escombros de lo que va quedando y construir con casi nada. Apenas unos huesos, unas miradas, unos recuerdos.
Pero es que además, la vida extramuros, más allá de las ruinas que hacen tropezar las rutinas del amor y de la familia, es hoy día, tan profundamente descorazonadora que sólo nos queda inocular miedo a los que nos convierten en parias sin pudor y sin decencia.
Tan simple como complicado.

 Y yo me pregunto, ¿Cuál será la llama que encienda toda esta tierra?
¿Cuándo será ese momento precioso en el que este archipiélago de luchas se convierta en una sola?

A la vista de todos está que los pueblos no pueden más. Ni los vascos, ni los andaluces, ni los gallegos, nuestros pueblos no pueden llevar más hambre, más cárcel, más cadenas cargadas a sus espaldas.
Con la dignidad tan encorvada, ya no duele mirar de frente.

Sólo hace falta un fósforo para prender fuego.
Uno sólo que prenda.

Uno sólo para que teman.
Un fósforo, ahora, que  la mordaza y la miseria están tan calientes.

 

jueves, 9 de enero de 2014

Tengo un arsenal


Mis vecinos aún no lo saben, también yo tengo ordenador, memoria externa, ¡hasta una impresora!
Además de este arsenal peligroso, soy vasca, radical, poeta, mujer, tengo un perro, fumo, me río y lloro también mucho.
Camino a zancadas sin prisa, nunca me aburro, me enorgullezco de mi pueblo y de otros pueblos que resisten.

Hago apología del pensamiento y encima de esto tengo por oficio sentir en cada verso el dolor y la alegría.
Me preocupan los silencios, la indiferencia, el empobrecimiento.

Me agobia la represión, la tortura y la situación de los presos.
Distingo entre su paz y la paz completa, la justicia ciega de una tuerta, una libertad maquillada de la libertad de las ideas.

Y estoy contenta, hasta hoy no sabía que tenía en mi casa, armas y que corro el peligro de ser señalada por esto como una terrorista siniestra y fea.

 

miércoles, 8 de enero de 2014

La urticaria del poder


Hoy quería dedicar mi tiempo a escribir poesía. Es lo que nos pasa a los poetas, que intentamos con más o menos fortuna, convertir los escombros de la vida en algo quizá hermoso, quizá deforme.
Pero la realidad, como tantas veces, llamó a mis palabras, apartó de un manotazo los versos derramados sobre la mesa y se impuso déspota y fascista.
Sucede que ha habido detenciones en Bilbo, más detenciones. A pocos días de la manifestación que recordará multitudinariamente los nombres de cada preso y cada una de las impunidades y de la saña con la que son tratados.
Sucede que en este país pequeño  la represión es el pan nuestro de cada día, que la gente  es encarcelada, a veces torturada, a veces puesta en libertad y a veces abandonada a su suerte entre rejas.
Sucede que todo vale para estorbar un proceso que escuece a dios, al rey y a la patria.

Sucede que a veces servimos de excusa. Tan dramática como inútil. Urna tras urna, sigla tras sigla.

Pero a pesar de esto, de estos juegos de poder y de terror con los que ocultan su podredumbre democrática, este pueblo tan pequeño como limpio, saldrá el sábado a las calles con más coraje, con más ambición.
No se doblega a un pueblo por la fuerza.

Lo veremos en Bilbo. Un pueblo en pie, desafiando la injusticia.

martes, 7 de enero de 2014

Bilbo 2014

Viñeta de Kalvellido
El próximo sábado, otra vez, una vez más, Bilbo será la voz de un pueblo que no quiere avanzar a espaldas de sus presos.El silencio no caerá sobre sus nombres, ni sobre sus dolores, ni sobre sus picanas.
El sábado Bilbo será el candil que alumbre la oscuridad donde nunca desesperan.
Y para vergüenza de aquellos que los niegan o que aplauden la saña con la que se les mantiene prisioneros, nosotros, este pueblo pequeño y obstinado, seremos el espejo donde se reflejan sus corazones.
Seremos luz, seremos, palabra, seremos alas.
Otra vez, una vez más, poniendo al estado español en evidencia, contra las cuerdas.
 

domingo, 5 de enero de 2014

El cerumen

Viñeta de Kalvellido

Tanto tiempo rumiando ideologías en solitario nos ha vuelto sordos.
Pelotones de sordos gritando ideas.
Ideas que hoy más que nunca deben ser escuchadas pero también ideas que deben dejar paso para oír otras.
Seriamos tan idiotas como los fachas piensan, si no consiguiéramos, en un tiempo urgente, limpiar los tapones de todos los oídos para aunar unas y otras palabras, uno y otros sueños, unas y otras luchas y empezar de una jodida vez a ser temidos.
El fascismo  crece y crece encantado con nuestra sordera.
Ellos se escuchan, tienen claros sus objetivos, entre ellos sí hay diálogo. Son tolerantes con sus extremismos sanguinarios.  No se acechan, ni se cuestionan, ni se desprecian.
Ellos son como su patria: sólida, inquebrantable.
Pero ay, nosotros ¡qué triste es contemplarnos ¡
Tenemos el dedo acusador siempre afilado.
De momento ganan  los que nos emputecen y nos hambrean.
¡Qué sordos estamos y qué difícil  va resultar con estas orejas deformes diseñar el plano que nos lleve a la victoria ¡

viernes, 3 de enero de 2014

Gallardon y los pitos


Querido Gallardón:
Le escribo esta carta con la esperanza de que caiga en las manos de alguno de sus múltiples asesores y se la traduzcan. Es castellano, lo sé, pero al escucharle, me queda siempre la duda de si es usted realmente un bàrbaro o un hombrecillo de carne y hueso.
Iré al grano,  su tiempo, cuesta muy caro, qué cosas, seguro que cuando le dan la paga no mira si los billetes tienen clítoris o si con ellos sus amigos pagaron en Londres algún embarazo. En fin.
Después de pensar mucho, sobre lo que quiere hacer con los abortos, o la interrupción de embarazo, o como quiera llamarlo en su idioma carcelario, he  encontrado solución factible para este problema:
Hacer  la vasectomía a los hombres zurdos, a todos aquellos que follan libertinamente, a aquellos que les falla el condón, a los que usted sospeche con su extraordinario criterio que pueden preñar a una mujer que luego no desee tener una criatura, pida investigaciones, averigüe quienes tienen sexo con demasiada frecuencia, quienes son los ateos, los libres, los insumisos, los empobrecidos, los endeudados, los enfermos…
Cuando tenga el inventario completo, lo envía a  los hospitales y ordena sus vasectomías, con cualquier disculpa. Qué mas da lo que diga, usted es quien manda.
Con esto que le propongo evitará que las mujeres, tan torpes históricamente para manejar su cuerpo y dominar los placeres, tan inútiles para decidir, para pensar, para conducirse por el camino recto de dios y de la patria se vean obligadas a acudir a cualquier lugar para arrancarse de las entrañas un embarazo no deseado.

Así pues, termino, no sin antes pedir bendiciones para su pito, deseándole, cómo no, que tenga tantos hijos como esperma.
Un abrazo, casto, virginal, anorgàsmico. Silvia Delgado.

jueves, 2 de enero de 2014

Poesìa: proyectil o caricia

Viñeta de Kalvellido

Estuve un tiempo alejada de la escritura.
Durante semanas paré en seco ese impulso febril por aullar en mitad de esta verbena donde bailamos dementes  al son del tintineo del capital. Necesitaba  tomar distancia de unas palabras que durante años habían sido disparos lanzados al aire, sin saber  qué lugar ocupaba  yo en  esta guerra.
¿Qué podía hacer si mi materia prima es todo lo concerniente al corazón y sus disparos?
¿Construir castillos?
¿Guardarme en una caverna?
¿Romper los versos?
¿Naufragar en mis propias arterias?
¿Qué puede hacer una poeta,  si no es mirar adentro para ver fuera, si no es explicarse para explicar la barbarie?
¿De qué sirve la poesía  si no tiene el coraje de continuar escribiéndose, aún a riesgo de errar solitaria y proscrita en un mundo dominado por el miedo y la ignorancia?
Siempre fueron malos tiempos para la poesía.
Pero ¿qué hacer? ¿Es decente callar para dejar que hablen sólo los canallas?

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Hoy parece que hubiera  solo unas cuantas palabras con olor a lejía, sin sangre es sus articulaciones.
Ellas, las palabras, colaboran mansamente en el espantoso devenir del mudo.
Deben obediencia a quien les paga, usadas  para neutralizar  las conciencias, los soldados de las letras las disparan a bocajarro, en ráfagas, al aire o por la espalda.
Les urge colonizar las ideas. Instaurar un régimen donde no haya lugar para la disidencia, borrar del mapa los caminos que llevan a la libertad, borrar esos senderos laberínticos por  donde a veces, los hombres y las mujeres ponemos a andar el corazón para trazar en su lugar carreteras de sentido único.

Es el mundo apocalíptico que nos espera.

Fábricas de mentiras, fábricas de ilusiones, fábricas de deseos, fábricas de cuerpos, fábricas de violencia, y por supuesto fábricas de palabras donde la soldadesca muestra su inteligencia tuerta.
Pobres de aquellos que pudiendo decir la verdad la ignoran o la travisten. Pobres de aquellos que con su tibieza fortalecen las cadenas.

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   Los gobiernos ceden el paso al despojo universal, ignorando la vida, premian a las elites, les abren las fronteras, aprueban sus chantajes, aunque esto siembre el mañana de cadáveres.
Postulan para ser los más obedientes a los mandatos bárbaros y la pérdida de soberanía es tan evidente, que casi ningún país se mueve sin pedir permiso antes, sin mover la cola, sin pagar el peaje de la servidumbre y de las deudas.

No caen bombas de racimo, no hay minas amputando pies ni infancias, los drones no invaden los cielos, ni el gas naranja ahoga a la población pero es una guerra porque la destrucción es masiva, el hambre, el empobrecimiento, la ignorancia, la enfermedad ¿qué son si no las armas más antiguas y eficaces de la historia?
Y es una guerra tibia, porque se cuela en cada casa para dinamitar  el pan y los abrigos, se filtra en los trabajos para reventarlos o convertirlos en precarios, se inyecta día a día
Y día a día desploma el porvenir, ahuyenta la esperanza, revienta la paz o la arrodilla.

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Ejércitos de solidarios, recogen toneladas de comida, reparten mendrugos a los parias, que cada vez son más, y cada vez son más largas las filas de suplicantes obligados  a rogar que alguien, dios o los amigos, les arranquen por un rato  el hambre.

Ante esta situación, las oligarquías no tienen miedo a tener miedo, no temen que la resistencia se arme porque todas las armas  están en sus manos desde el plomo hasta la palabra.
Saben que la  primera batalla debe hacerse en  las ideas.
Pensar siempre fue un ejercicio peligroso. Pensar es su peor amenaza. Ser capaz de desafiar las mentiras que damos por ciertas, las que  sobreescrieron en la historia, en la memoria, en los olvidos, desmontar las piezas con las que se construye la realidad y la pudre   será lo único que convierta los yugos en ceniza.

 Dejar de vernos en  este espejismo y contemplarnos tal cual estamos, tal cual somos: Individuos erráticos, amándonos de dos en dos, aislados, desfigurados, cosificados, mercadeados.
Tener el coraje suficiente para construirnos, soberanos, es el único camino que puede llevarnos a un lugar más humano.
El conocimiento es la única forma de alcanzar la libertad, tan dolorosa.
Es lo único que puede hacer temblar a los sin –miedo.

Cortar las venas del pensamiento dócil, manso, combatir hora tras hora el lenguaje prisionero, eufemístico, poner en cuarentena a los nuevos mesías que nos traen su cultura inculta, su cultura de la confusión y de la evasión. Sus narcóticos, sus placebos, su siniestro interés en convertir en muñón cada ala, cada sueño, cada esperanza.
Discrepar de todos aquellos que de una u otra forma niegan o sostienen al monstruo que nos decapita de inanición o escalofríos.

 La realidad nos llama, no podemos escapar precipitadamente del plomo y de las llamas, no podemos pisotear los huesos sin que se nos astille  su memoria.
Es urgente buscar la humanidad, recuperarla en cada uno, aprender a ser en los otros, en la mirada de los otros, resucitar en cada muerte.
Buscar su fragilidad y su coraje, buscarla con desesperación, hacerla presente, en las calles y en el campo, en los partos y en las cruces.

Unirnos en la búsqueda aceptando que  cedimos el paso a la barbarie, que nos vaciamos de humanidad, que fue escanciándose este néctar sobre la violencia y sus costumbres.

                                                                  ~~~~~~
Ser poeta inmaculado o ser poeta con las manos manchadas de sangre o de mierda. Esta es la disyuntiva.
Desalambrar poemas como se desalambran las mentiras, dejándoles la piel llena de heridas.
Da vergüenza pensar que nuestro legado sea apenas un montón de estrofas, un puñado de versos atrofiados por existencialismos o alienación, un manojo de poemas imperecederos.
Estamos aquí y ahora, en medio de esta guerra lenta y silenciosa, rodeados de andrajos, atemorizados por el resurgir de cruces, de látigos y de mordazas que debieron ser hace tiempo sepultados.
Estamos ahora, en este preciso momento, en esta batalla donde no es posible la retirada.
Porque estar en la vida lejos de la vida misma, a años luz de esta existencia entrampada en el silencio, porque caminar por los pueblos y las patrias sin dejar el testimonio de nuestros poemas es dar a la poesía una puñalada por la espalda.
En los momentos graves es cuando urge dar un paso adelante. El fascismo acecha, está presente. Los fascistas se mueven como en otros tiempos cuando la ley era suya, y era suya la memoria, suyos eran los destinos y eran dueños de la impunidad. Viven su amanecer dorado.

 Por todo esto comprendo el poema como un artefacto explosivo, algo que  coloca el poeta casi a hurtadillas, clandestinamente, con la esperanza de que  su detonación provoque una fractura, una fisura por donde se cuele plomo, rabia, ternura o  vergüenza.
Un objeto que dinamite  la fortaleza que protege el desamor, el miedo y el conformismo.
Algo así como el antídoto que nos salve del venenoso pensamiento único.
El mundo que se levanta hoy ante nuestros ojos, es un mundo tan despiadado que ni siquiera en sueños pudimos imaginarlo.
El poema no puede escribirse ajeno a lo que sucede, de espaldas al hambre y al frío.
Si calla el poema, si cuenta a medias, si deja hablar a la indiferencia, o si se pudre extasiado sobre vergeles, es un poema que no merece a los hombres ni las mujeres.
Por esto, elijo tener las manos manchadas de sangre y de mierda, elijo escribir poemas cargados de pólvora y de semen.

Poemas que dinamiten la pulcritud de los indecentes.