miércoles, 30 de septiembre de 2015

Askapena


¿Ey, alguien se acuerda de Euskal Herrìa?
¿De ese país chichito al norte de la península ibérica?
¿Hemos olvidado que ahì desde hace tiempo se encarcela a políticos, sindicalistas, abogados,  jóvenes combativos, periodistas y se tira la llave a las cloacas?
¿Aguien recuerda que aquí casi todo es delito mucho antes de la ley mordaza, mucho antes?
¿y las herriko tabernas?
¿y el Egunkaria?
¿y Egin?
¿ y la dispersión?
¿y las torturas?
¿Y os 80000 euros recaudados en la manifestación por los presos?
¿Sabemos que en octubre será el juicio a cinco internacionaistas vascos acusados de terrorismo?
Es decir,   se jugaràn seis años de libertad en una democracia donde se procesa la solidaridad.

¿què será lo siguiente?

jueves, 24 de septiembre de 2015

La cruz y la espada


Vaya con el todopoderoso, su representante en la tierra anda de parranda.
Que si Cuba, que si Obama, que si pide paz, que si pide justicia…
Una caricia a un niño, un besito a una madre de luto, unas palabritas que sirvan de analgésico a los crucificados...
Y todos tan contentos, el Bergoglio dice lo que todo dios quieren escuchar.
Sus feligreses lo adoran y  deciden ignorar a qué personajes han ensalzado y protegido a lo largo de su larguísima historia.
En lo concreto, en el Estado español con el asesino Franco, en lo concreto, en Argentina, con Videla, en Chile con Pinochet, en Paraguay con Stroessner, en lo concreto cubriendo de silencio las violaciones de niños, enriqueciéndose obscenamente con sus tejemanejes inmobiliarios, coaccionando gobiernos pa seguir engordando las arcas, despreciando a las víctimas que ellos mismos señalaron, actuando con mano de hierro con aquellos que dentro de su seno cuestionan su cinismo.
Y lo cierto es que las iglesias aquí están vacías, pero su presencia es permanente, sus latigazos se reciben ahora con las ansias de libertad de Cataluña, ahora con el aborto, ahora con la homosexualidad, que si las escuelas, que si las mujeres maltratadas, que si la promiscuidad, que si el Sida…  y todos los gobiernos se arrodillan ante sus caprichos. Ceden a sus presiones.
Permiten que su moral se haga ley.
A mí el tipo este, el Bergoglio, me resulta igual de rancio y de fascista que los otros. Yo sé que hay zurdos que lo miran con buenos ojos, que incluso desearían ser recibidos en audiencia por él pero qué quieren que les diga, rondo la cincuentena, soy mayor pa creer en los cuentos.
Jon Sobrino dijo: “hay que bajar al pueblo de la cruz”,  fue denostado por esto y por ponerse del lado de los oprimidos, de los masacrados.
Lo que llevan haciendo los mandamases de la Iglesia es precisamente lo contrario, apuntalar al pueblo en la cruz,  clavarlo más si se sueltan, ponerle coronas de espinas, hincarle dagas en su costado y si alguien se acerca a liberarlo, demonizarlo.
Que me perdonen los creyentes buenos, los sacerdotes buenos, los que efectivamente hacen de su vida  solidaridad y justicia.

Pero las consecuencias del  despotismo  de sus jefes omnipresentes son tan  infames que se pagan al contado con barbarie.

martes, 22 de septiembre de 2015

Trono, tricornio, altar


Aquí quien manda es el trono, el tricornio  y el altar.
Como en aquellos tiempos no tan pretéritos.
Y como en aquellos tiempos no tan pretéritos, las càrceles están llenas de gente que no es genuflexa.
El derecho de pernada, la mano de obra esclava, la hambruna puerta a puerta.
Las calles silenciosas, los sindicalistas  comiendo mariscadas, los obispos metiéndose como siempre en nuestros ovarios, en nuestra independencia, en nuestras escuelas y letras, la monarquía blindada por los bufones y cortesanos que rentabilizan cada besamanos.
Las fuerzas de seguridad asegurándose el salario con detenciones arbitrarias, acusaciones sin sentido.
Con la ley mordaza en su mano, todo es posible.
Y el miedo derramado por todas las esquinas.
Trono, tricornio, altar.
Los tres pilares que sujetan por la fuerza nuestros pueblos, nuestras banderas, nuestras ideas.


sábado, 19 de septiembre de 2015

Israel, genocida¡


Israel es un estado asesino. Con un ejército asesino, con una población   rematadamente psicótica  que  brinda por las muertes de niños.
Israel es esto y más.
Es una fábrica de exilio, de cárcel, de terror, de exterminio.
Es una bandera tan llena de sangre, tan llena de lágrimas, tan llena de rabia, que  será  recordada  por  el dolor que derramó  sobre un pueblo al que quiso someter como a un esclavo.
Israel día a día ve como caen los cuerpos ametrallados de cientos y cientos de seres humanos y no le tiembla el pulso al apretar el gatillo.
Sabe que puede hacer lo que le venga en gana, Israel manda.
Manda su simbólica podredumbre.
Y no es bastante con decir basta. No es bastante con solidarizarse con los crucificados una y otra vez.
Debemos decir que hay un estado que después de una masacre, inventa otra y otra y otra hasta cumplir su objetivo de dejar esa tierra sólo para ellos, para los hijos de Sion, para los hijos de un dios que da terror.
El tiempo pasa.
El mundo consciente se estremece y los cómplices, los aliados, los rentistas, los mercaderes, los cínicos, los hipócritas, los indiferentes, los genuflexos, los poderosos, miran para otro lado, no les importa.
Avergüenzan la humanidad que llevan a rastras.
Horrorizan la vida.
Odio su bandera, odio a los genocidas y odio a los que se quedan a medias, cobardes inútiles, cobardes silenciosos, por vosotros sigue esta barbarie.

jueves, 17 de septiembre de 2015

Impunes y con honores, los torturadores.


Qué mujer partió su cuerpo para parirte.
Qué infancia te pudrió,
qué letras, qué iglesias, qué plomo se coló en tus huesos
hasta hacer de ti quien eras.
Cómo llega un ser humano  a tener tu oficio,
de 8 a 5,
con horas extras,
con paga doble,
con muertos sin remorder una pizca tu conciencia.

Qué ideas, qué alcobas,
que desprecios o qué honores
te regalaron  los gritos ajenos,
el miedo pegajoso supurando entre tus dedos,
las pieles abrasadas asfixiando el aire que tú mismo respirabas.

Qué madre
ajena al monstruo que germinó,
alimentó tu hambre,
curó tu insana existencia,
durmió tus sueños de hiel y mierda.

Qué madre no abortó
al niño que se hizo bestia.

domingo, 13 de septiembre de 2015

Otra guerra, otra.


Cuánto ruido hay en el aire,
cuánto ruido de tambores y de sables,
cuánta gente,
cuánto pueblo ajeno a la barbarie.

Cuánta bandera bendecida por criminales de la pluma,
por sicarios de las letras,
por mercenarios de poemas,
por ilustres pensadores con malas influencias.

Cuánto harapo, cuánta hambre,
cuánto muerto por las calles.

Y yo sólo soy poeta mientras se excusa otra guerra.
Sólo palabras, sólo impotencia,
sólo rabia en mis arterias,
sólo manos agarrando este corazón que revienta.
Otra guerra,
otra.
Otra derrota en la tierra.
Suena el réquiem de la paz
y el mundo ni siquiera tiembla.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Son de los nuestros


Y claro, como los medios están preocupados por las riadas de Japón, por la patada de la reportera, por los catalanes y su ansía de independencia, por el número de refugiados asignado como si fueran piedras, por si el rey se tira un pedo o varios, por el clima bueno, malo regular, cálido, templado frío, gélido, por el futbol, por Venezuela y la escasez de papel higiénico y un sinfín de noticias es normal entonces que la muerte de al menos cuatro trabajadores pase desapercibida.
Poca cosa, sucedió en Andalucía.
Poca cosa, eran jornaleros.
 Poca cosa, eran lituanos y rusos.
Nada, muertos casuales de tercera.
 El destino  se llevó los cuerpos dormidos plácidamente en el confort de un desagüe.
¡Qué mala suerte ¡
¡Silencio!
Los medios se encargan de echar sobre estos cadáveres indiferencia.
Nadie habla sobre su esclavitud, sobre su desarraigo, sobre la humillación de subsistir en condiciones feudales.
Nadie habla de ellos, apenas sus nombres y su origen pa dejar bien claro que no deben importar a nadie.
Son de los nuestros, joder. los  que venden puerta a puerta, los que caen fulminados por el calor y el hambre, los que viven a la intemperie, los superexplotados.

También son de los nuestros los  vomitados en silencio por este sistema tan bestia.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Soy una miserable

La verdad es que estos días me siento una miserable.
No es que no tirite de horror con el éxodo, las penurias y los andrajos de los refugiados. No.
Sucede que a la vez me vienen otras imágenes a la memoria, otros recuerdos, otras rabias  paralelas: los estudiantes de Ayotzinapa, la fosa común la macarena, el tren “la bestia”, los bombardeos en Ucrania, los periodistas asesinados, las masacres de Palestina, Irak, etc.
Y siento bastante estupor por el interés mediático que esto suscita y la invisibilizaciòn de otras víctimas, de otras guerras, de otras violencias imperiales, de otros intereses codiciosos y dominantes.
Y me siento una miserable porque yo no pondré flores en un jarrón pa recibir a una familia siria en mi casa, yo no sonreiré pletórica cuando una cámara me enfoque, continuaré señalando  a los culpables que generan muertos de primera de segunda y de tercera   mientras el pueblo con el corazón bombardeado por una foto, se desgarra con el mea culpa y se prepara para ser solidario sin preguntarse:
¿Por qué?
¿Para qué?
¿Desde cuándo?
¿Quién?
¿Quiénes?
¿Hasta cuándo estará la humanidad soportando  los golpes de pobreza y de espanto?

Perdonen a esta poeta  miserable, perdonen que no tenga flores, ando zurciendo sudarios con mis poemas, el mundo es una barbarie.

jueves, 3 de septiembre de 2015

La hostia


La hostia que hemos recibido en la conciencia estos días nos ha dejado tiritando.
Niños muertos sobre la arena.
Alambradas.
Desesperación por manadas.
Trenes cargados de seres humanos que huyen del horror.
Muros, cuchillas, mares convertidos en sepulturas inmensas.
Andrajos, miedo, muerte.
Y nosotros, que olvidamos fácilmente contemplamos esto como si fuera nuevo.
Como si no existiera Gaza, ni Ucrania, ni Irak.
Como si el mar no fuera desde hace decenios un enorme cementerio
Como si fuera la primera vez que un país o varios huyen del espanto de una guerra inventada lejos por la codicia y sus turbios manejos.
Y todos queremos ser solidarios, deseamos abrir nuestras casas, ser mejores  en mitad de tanta desolación.
Pero la maquinaria sigue su trabajo demoledor, escupiendo sangre, huesos, patrias, infancias.
Y yo, que cada día me siento más vieja y cansada, me pregunto a estas horas, ¿qué será lo siguiente?, ¿con qué argumentos?, ¿hasta dónde permitiremos que lleguen los que se reparten la tierra y esparcen los cadáveres?
 Vivimos tiempos democráticamente homicidas,  ¿en nombre de qué o de quiénes?
La respuesta es simple: El horror  es demasiado rentable para ponerle límite, ¿vamos a permitirlo más siglos?

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Ojalà


Ojalá yo fuera una mujer sencilla con la sola preocupación
de vivir a toda prisa.
Ojalá no hubiera visto muertos en cada esquina,
patrias a la deriva,
sepulturas atroces,
 infancias delirantes donde sólo crecen los golpes.

Ojalá pudiera desandar la vida.
Ojalá no fuera ni poeta, ni vasca.
y  me importaran un bledo
los hombres y las mujeres
que deambulan
buscando paz
en las fronteras.

Ojalá me importaran un bledo
cada uno de sus hijos,
cada una de sus ruinas,
cada uno de sus recuerdos.

Ojalá pudiera arrancarme este corazón
para vivir pausadamente,
sin este dolor que es impotencia,
sin esta impotencia
que va  pudriendo los poemas.