viernes, 19 de febrero de 2016

El rincòn oscuro


Un rincón oscuro es  un lugar simbólico pero cierto.
Un lugar en el que muchas mujeres han crecido y también han muerto.
Un rincón frío donde a veces el ruido es ensordecedor y a veces el silencio es tan profundo que suena estridente.
Un lugar donde  sobrevives y  aunque  escuches voces cálidas, tiernas y llenas de vida afuera, aunque otras mujeres griten que salgas, agiten sus candiles, expliquen vehementes que no te lo mereces, que la vejación, las heridas no se perdonan, tú no crees lo que te dicen, sientes que todo  duele, que no puedes moverte.
Que nadie entiende tu angustia infinita. Le quieres.
Es tu novio o tu padre o tu hermano o tu hijo.
Es el desconocimiento del amor auténtico lo que te enreda los pies y te atrapa en la oscuridad y te dices que pasará, que pronto pasará, que después de la tormenta el afecto regresa y regresa la caricia.
Si te portas bien, si limpias, si follas, si callas, si obedeces…. No habrá más oscuridad.
Sin ti morirán sedientos,  sin ti desearán matarse o matarte, por ti irán a la cárcel o su destino será de soledad y de pobrezas y porque deseas salvarlos de sí mismos recibes una y otra vez sus flemas y toda su mierda.
La culpabilidad te está echando un pulso, terrible, desgarrador,  dependes de esa victoria.
La derrota es creer que con tu amor inmenso algún día esos hombres serán buenos.

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