sábado, 5 de marzo de 2016

Carta a las mujeres


Carta a las mujeres

Desde siempre nos han perseguido y arrinconado, a  veces con la excusa de la brujería, otras con la excusa de una debilidad inventada, otras con el argumento falaz de nuestra escasa inteligencia, de nuestro entendimiento nublado. La religión nos ha colocado en el rincón oscuro de sus rezos y la historia  ha borrado de un plumazo nuestros logros y heroicidades.
Nos han querido quitar la palabra, los cuerpos, las calles.
Nos han menospreciado, ninguneado, oprimido, hambreado, emputecido
 Y somos la mitad que acarrea el agua en los desiertos, la mitad   que cose con  en talleres clandestinos, somos las prostitutas en los barrios marginales, las esclavas sexuales, la mercancía. Somos las campesinas fumigadas, las sirvientas, las que cuidamos de los hijos y de los enfermos, las violadas, las asesinadas.
 Nos alargan los cuellos, nos arrancan los clítoris, nos obligan a tener pies pequeños, nos apedrean, nos esconden, nos imponen  llevar burkas, cubrirnos el pelo, los brazos, los pechos.
Muchas  llevan luto porque buscan infatigables a los desaparecidos, muchas agarran fusiles para defender la tierra el pan o la bandera, muchas reclaman los nombres de los fusilados al alba, siempre al alba, muchas aman a hombres, otras a mujeres, otras sencillamente quieren.
A algunas las han apedreado por infieles, a otras las han marginado por su color de piel, otras ni siquiera saben que nacieron  libres.
Somos mujeres en un mundo que se empeña en hacer las cosas a su manera, obstinada manera de conducirnos a la barbarie.
                                                           ………

Hoy escribo estas letras, pensando en las mujeres palestinas y en la solidaridad que a lo largo de la historia nos ha permitido avanzar un poco.
Yo sé que también las mujeres mexicanas, atrincheradas en la frontera con EE.UU, son ejemplo de coraje y las mujeres del Sahara y las kurdas y las indias y en cada continente mujeres aguerridas, casi invisibles, edifican sobre los escombros que el capitalismo y su trituradora de seres humanos va dejando.
Pero hablemos hoy de las mujeres de Gaza, de su resistencia, de las noches de fuego, de las alambradas, de sus niños abrasados, de los sudarios multiplicados.
Hablemos de ellas.
De los huecos que van quedando en sus mesas.
De sus casa derruidas, de esa prisión enorme donde están acorraladas, de su patria y de lo que ellas construyen a pesar del plomo y las cadenas.
Hablemos del bloqueo que el estado sionista impone a la población desangrando a todo un pueblo. Todo.
 Un puñado de mujeres voluntarias irán rumbo a Gaza para desafiar  sus argumentos de exterminio, su ideario de holocausto, sus pretextos genocidas.
Bilbao,  Bangladesh, Buenos Aires o La Habana.
Patriotas, religiosas, anarquistas.
Escritoras, campesinas, trabajadoras…

 Mujeres contra la sanguinaria ocupación de Palestina.

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