martes, 23 de agosto de 2016

El icono sirio


La idea de que el mundo es un lugar colonizado por la brutalidad es cada día más certera
 La imagen del niño ensangrentado, cubierto de polvo, asustado, fue impactante, un disparo al corazón.
Pero después de ver esta imagen yo, Silvia, una poeta cualquiera, no pude evitar que  los pensamientos me llevaran a ver  los rostros de los niños palestinos  abandonados a su suerte detrás de unas rejas, después estos mismos pensamientos tan tiranos como justos me llevaron hasta los cuerpos  de los niños deformados por el hambre y segui’ pensando no sólo en los niños, también en las madres del mundo que acarrean sus recuerdos por las fronteras y pensé en los padres que se protegen del miedo a morir de balde  y pensé en los viejos anónimos que se abandonan  cuando lo pierden todo, incluidas las ganas de sobrevivir en un sitio que no les pertenece y   entonces, cuando pude mirar el mundo como un todo, sin fragmentos olvidados, sin trozos convenientemente enseñados, sin terrores de primera y terrores de tercera, entonces, exhausta, concluí  que si han sentado a ese niño sirio en los sillones de nuestra casa hasta convertirlo en icono de la barbarie, si nos lo han presentado mientras comemos es porque existe el siniestro objetivo de fabricar opiniones  favorables pa que se afilen mas sables.
Qué quieren que les diga, la humanidad entera tiene muchos enemigos,  deberíamos aprender a estar alerta, conocer todas las trampas de manipulación, preguntarnos por qué este niño interesa que se conozca y otros no, en definitiva es necesario que sepamos  que a cambio de una foto descarnada difundida en horario prime time, estamos siendo preparados para bendecir las masacres por la libertad y la democracia  que, seguro, están a punto de realizar.

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