miércoles, 23 de agosto de 2017

Ni un segundo de silencio


Yo no voy a guardar un minuto de silencio.
Ni en plazas ni en calles.
Ni por este terror de gente atropellada,
ni por los tiroteados en tierras
demasiado lejanas.

No sellaré mis labios para tragarme la rabia.
Gritos es lo que necesitamos.
Aullidos que atraviesen como espadas.
Aullidos que revienten los cráneos homicidas,
los cuellos encorbatados,
 los dedos acostumbrados al cheque en blanco.

Yo no voy a guardar un minuto de silencio,
ni un segundo, nada.
Toda mi furia en palabras,
toda mi furia en la garganta.

Toda mi furia
sin silencios hipócritas
que desnucan las preguntas
necesarias.

Porque a mí sí me importan los pueblos
yo no voy a guardar ni un minuto de silencio,
ni un segundo.
Nada.



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