miércoles, 28 de febrero de 2018

La risa



Una nariz de payaso imputada por delito de odio.
Una nariz de goma, repito.
Una nariz que pone risa a la sinrazón de la situación en Cataluña.
Porque la carcajada, la sátira, el humor dejan en pelotas el cadáver de la democracia, ponen seriedad a lo que viene sucediendo con nuestras libertades.
Las urnas secuestradas a golpes no hacen gracia.
Los presos políticos no nos provocan carcajadas.
Las sentencias por escribir, cantar, tuitear, no nos hacen sonreír.
El Estado pone toda la maquinaria a trabajar a destajo, saca brillo a los banquillos, rescata del pasado franquista leyes que ya funcionaron, señala a los que se resisten y dispara cárcel.
Hasta los payasos le parecen imputables.
Hasta los raperos.
Hasta los periodistas.
Hasta los republicanos.
Mientras esto sucede los pensionistas están en pie de guerra.
Las mujeres están en pie de guerra.
Los pueblos como Altsasu están en pie de guerra.
Y la monarquía con toda su corte de mamporreros tiembla, por eso están fabricando más cadenas. Porque peligra el suelo que pisan, el dinero que guardan, el poder que ostentan, la corrupción que lideran.
Y esto sí que da alegría.

miércoles, 14 de febrero de 2018

Terrorismo (vídeo y texto)



I
No están todos los faunos dormidos,
acaso unos pocos, alertados,
disfrazan la noche de vigilia.
     No están todos dormidos
ni están sus labios cansados,
ni sus sueños dejan de ser deletreados.
       No.
Cuando los lobos acechan
cuando aprieta el paso la manada
y una sed roja de siglos
seca los manantiales
rompen los faunos a cantar.

Porque no se pueden  despedazar las canciones
como si fueran huesos frágiles,
no se puede evitar que las voces
sean pan y sean peces.
Un puñado de lobos no puede
dejar sin primavera a los cantores.

No todos los faunos están dormidos, no.
No todos parpadean lentamente
hasta quedar deshabitados.
Unos pocos continúan alerta 
mientras que los lobos aúllen cerca. 

II

En nombre de qué dioses,
de qué patrias
convierten las palabras en ojos llenos de lágrimas.

En nombre de qué ideas
despedazan palabras
a golpe de espada y de guadaña.
En nombre de qué nombres
bajan los pulgares
para que empiece la matanza.

No se llaman faunos,
los faunos van descalzos.
No se llaman faunos,
los faunos solo cantan,
pertenecen a otra estirpe,
a la de aquellos que no merecen lástima.

No se llaman faunos.
No.
Son lobos,
oscuros lobos sin lámparas,
negros lobos sembradores de  venganza.

III

Nuevas generaciones de lobos
conquistan la tierra y la yerman.
A su paso, las vidas amanecen sin huellas.

Nuevas generaciones de lobos,
lobos nacidos de tinieblas,
lobos rudos como piedras,
lobos bárbaros
lobos de mesa puesta.

Escuadrones de lobos preñados de violencia
que paren por los caminos terror a manos llenas.

Hay quien los alimenta,
quien deja en los portales para ellos
 carne fresca.
Pero yo sé que no son faunos
lo sé porque tiemblo si están cerca.
Yo sé que son lobos,
temibles lobos que acechan.
Yo sé que llevan colgando la muerte.
Esa muerte que tanto apesta.

Yo sé que no son faunos,
los faunos solo cantan.

viernes, 9 de febrero de 2018

Hablemos claro (video y texto)



Hablemos claro:
Nos roban el tiempo, el dinero, el trabajo.
Nos mienten, nos traicionan, nos estafan,
nos prohíben pensar, decir, soñar.
 Saquean países y los dejan a su suerte.
Fabrican sepulturas que después nos venden.
Nos vigilan, nos censuran, nos silencian.
Hacen  propaganda del ojo por ojo, diente por diente.
Nos envenenan, nos suicidan, nos encarcelan.
Pervierten el lenguaje, adulteran las palabras, las manchan de sangre y cal.
 Amenazan con quitarnos el agua, el aire,  las semillas, el pan.
Nos convierten en pueblos  desnutridos de letra y poesía.
Nos arrancan las verdades, nos traicionan de verdad.
Sacan los fusiles a las calles, amputan gobiernos hostiles,
Bendicen  banderas genocidas,
 banderas podridas de metal.
Y en medio del dolor entero
rompen las arterias de la tierra
para que nunca, nunca, nunca
sembremos sueños fecundos de libertad.
Pero esos sueños ya están sembrados,
y  pronto, muy pronto, quizá ya,
atravesaremos la oscura noche de las violaciones.
Esta oscura noche de crimen e impunidad.

miércoles, 7 de febrero de 2018

El 8 de marzo no es una fiesta



No iré a la huelga el 8 de marzo en tono festivo.
No iré con un tambor, ni globos, ni cantaré canciones pegadizas, ni abrazaré a mis hermanas como si fuera victoria salir a reivindicarnos.
Me tomo en serio esto.
Los asesinatos no me dan risa.
Las violaciones tampoco.
La explotación laboral no me da alegría.
La situación de la mujer en el mundo entero me parece suficiente razón para ponerme seria y levantar el puño, no para levantar las manos moradas.
Me dio vergüenza ajena la exhibición de abanicos rojos en la gala de los Goya.
Me avergüenza oír a mujeres hablar de feminismo encorsetadas en un Chanel.
Soy mujer pero sobre todo soy mujer trabajadora.
Me importa un pito lo que haga Arrimadas. Ella representa a una clase que es mi enemiga.
Y no deseo que esté en mi mismo lado, ni siquiera este día. Para nada.
Iré para recordar que aún hoy se nos golpea en casa y en la calle.
Iré para recordar que se nos mata, que se nos acosa, que se nos humilla, que nos quitan los hijos o nos obligan a alquilar las tripas para fabricar niños que serán de otros sólo porque pagan al contado.
Iré para recordar que somos la mitad y por eso mismo las más pobres del planeta, que trabajamos por una limosna, que sostenemos nuestros hogares, que cuidamos de nuestros enfermos, que nos tratan como objetos.
Que los trabajos más precarios los realizan mujeres, cargando peso como mulas, en las maquilas, en la prostitución, en el campo, en las ciudades.
No iré a pasármelo bien.
Iré para recordar que sin conciencia de clase el patriarcado nos gana por goleada.

Si la muerte tiene nombre de mujer, debe tenerlo también la rabia.

martes, 6 de febrero de 2018

Nos quieren (vídeo y texto)



Nos quieren trabajando hasta la muerte, nos quieren genuflexos, arrepentidos, nos quieren dóciles con el circo, con el miedo, con las enfermedades.
Nos quieren inútiles, débiles, esclavos.
Nos quieren usando el sálvese quien pueda, 
protegiéndonos de la barbarie cotidiana como si ésta fuera ajena a sus desmanes imperiales.
Nos quieren ignorantes, despreocupados, narcotizados.
Nos quieren con una libertad atada en corto, con una justicia inclinada siempre hacia el mismo lado, con una paz de fusil, sangre y alambrada.
Nos quieren mutantes. Extranjeros de nosotros mismos, con las caras gastadas, con los dientes apretados, con los puños bajos.
Nos quieren cerca, pero lejos nuestras conciencias.
Nos quieren moviendo la cola.
Nos quieren indecentes, corruptos, parásitos.
Nos quieren sintiendo la violencia de sus látigos, camino del sacrificio.
Nos quieren formando una sociedad de imbéciles, de cráneos deshidratados. Pidiendo permiso para respirar, para amar, para reír, para pensar.
Y yo les digo que  aquí, ahora mismo, se hacen visibles nuestras ideas, que paso a paso vamos  haciendo historia, que la tierra  nunca estuvo somnolienta, que ha ido abriendo brechas por donde asoman hombres y mujeres limpios de letargos.
Y yo les digo que aquí, ahora mismo, a pesar de ellos, vienen creciendo los sueños que jamás se derrotan.

lunes, 5 de febrero de 2018

El asombro



No sé si sobreviviré a este asombro
de caminar pa atrás y con mordaza,
cansada de alzar la voz como si nada,
cansada de los silencios que acompañan
los cuerpos tan callados pudriéndose a deshora,
las casas arruinadas y vacías,
la vida a la deriva siglo a siglo.

No sé si sobreviviré a este asombro
de saber que el pasado se repite porque nos vemos distintos,
distintos del negro y del indígena,
distinto del tiroteado y del ahorcado,
distinta la mujer que limpia del hombre que se sindica.
Distintos entre los mismos hambreados.

No sé si sobreviviré a esta obstinada manía
de cerrar los ojos ante la evidencia de que
allende los mares, aquí cerca,
emigrantes o precarias,
somos todos pueblo explotado,
y sólo mirándonos como iguales
ganaremos el pulso a la barbarie.

viernes, 2 de febrero de 2018

No es violencia (vídeo y texto)



No es violencia el paro.
No es violencia la inestabilidad en el trabajo, ni los jornales precarios.
No es violencia levantar muros para prohibir después saltarlos.
No es violencia el saqueo,
el empobrecimiento,
la codicia sin freno.
No es violencia morir de guerra, morir de hambre, morir de enfermedades curables.
No es violencia la mentira, la censura, la desinformación.
No es violencia la tortura, la pena de muerte, la cárcel, ni las masacres.
No es violencia la deuda externa,
ni la apropiación de la tierra, ni de las ideas.
No es violencia mandar callar, hacer callar, matar para callar.
No es violencia.

No es violencia privar de pan, privar de sueños y de letras.
No es violencia el desahucio, la miseria.
No es violencia.

No es violencia el golpe de estado, ni el golpe financiero, ni el golpe anestésico.
No es violencia el abuso, la prepotencia.
No es violencia la riqueza de unos pocos,
la soberbia de unos pocos,
los crímenes de unos pocos.
No es violencia matar despacio, matar sin dejar marcas, matar desde la infancia.
No es violencia.

No es violencia ocupar territorios, ni enarbolar victorias con rifles de asalto.
No es violencia dar la espalda, dar la puñalada, vaciar los bolsillos ajenos y regresar a casa.
No, no es violencia.

Si Nada de esto es Violencia.

¿Será entonces, que esa señora hace siglos que está tuerta?